¿Qué significa Génesis 23:8?
Abrahán comienza ahora a responder a lo que los hititas le han ofrecido. Los hititas le acaban de decir que ninguno de ellos le negaría su propia tumba en el caso de que la necesitara para enterrar a sus muertos. Este fue un gesto de gran respeto, especialmente cuando se le extendía a alguien que no pertenecía a la tribu de la familia que era la dueña del terreno. En el versículo anterior, Abrahán se puso de pie para dirigirse formalmente al grupo de hititas que estaba allí reunido. Se supone que este grupo de terratenientes o ancianos era reconocido como una especie de órgano de gobierno oficial. Abrahán deseaba que la negociación que viniera a continuación se entendiera como un acuerdo vinculante y duradero.Ahora Abrahán les dice que tiene una propiedad muy específica en mente. El grupo en su conjunto le ha permitido enterrar a sus muertos en el área, aunque en un lugar que todavía no sería considerado como su propiedad permanente. Delante del grupo, Abrahán se pone de pie y nombra a Efrón, el hijo de Sojar. En el siguiente versículo, Abrahán les hará su primera oferta.
Génesis 23:1–20 comienza con la muerte de Sara, la esposa de Abrahán, a los 127 años. Esto nos hace deducir que Abrahán tenía 137 años e Isaac alrededor de 37 cuando Sara murió. Abrahán lloró por su esposa y luego se acercó a los hititas, quienes estaban asentados en la región de Hebrón, para comprar un lugar de entierro familiar permanente cerca de Mamre. Una vez que se completó esa transacción, Abrahán enterró a Sara en la tumba donde él mismo, su hijo y un nieto también serían enterrados más tarde.
A la edad de 127 años, Sara, la esposa de Abrahán, finalmente falleció. Ya que vivía en la región de Hebrón, cerca de Mamre, Abrahán se acercó a la gente local, los hititas, para comprar una cueva específica que quería usar como un lugar de entierro familiar permanente. Abrahán pidió una cueva que era propiedad de Efrón el hitita. Después de una negociación un poco extraña, Abrahán acepta comprar la cueva y un campo adjunto a ella por 400 siclos de plata. Finalmente, Abrahán acaba enterrando a Sara en esta cueva en Macpela en la tierra de Canaán. Gracias a esto, la ocupación permanente de la tierra de Canaán por parte del pueblo escogido de Dios había comenzado.