¿Qué significa Génesis 15:17?

Después de que Dios termina de comunicar Su profecía sobre los descendientes de Abrán, Dios continúa con el ritual para establecer el pacto que comenzó cuando Abrán partió y colocó en el suelo las mitades de los animales de sacrificio que Dios le había ordenado que trajera (Génesis 15:9). Ahora se pone el sol y Dios completa el ritual. El hecho de si Abrán está despierto en ese momento y lo ve con sus propios ojos, o si ve este evento durante su visión, no nos queda del todo claro. De cualquier manera, lo que Abrán ve es algo extraordinario. En mitad de la oscuridad, dos objetos se mueven entre las mitades de los animales: un horno humeante y una antorcha de fuego.

En la narrativa en sí, no se nos dice lo que estos objetos representan. Sin embargo, el fuego a menudo se asocia tanto con el juicio de Dios como con Su santidad. Además, estos elementos de humo, fuego y las diversas clases de animales que luego se usaron para el sacrificio bajo la Ley apuntan hacia la futura relación que Dios tendrá con Israel.

Finalmente, al moverse entre las dos mitades de los animales, aparentemente Dios está finalizando el acuerdo que estaba estableciendo entre Él y Su pueblo a través de Abrán. Este aspecto, en particular, es importante debido al simbolismo que lo acompaña. Los estudiosos sugieren que este ritual, pasar entre las mitades de los animales sacrificados, estaba destinado a implicar un juramento vinculante para los que participaban en él. Al caminar entre los animales, la persona estaba dando por sentado que él mismo acabaría como los animales sacrificados si rompiera su parte del trato. De manera puntual, tenga en cuenta que Abrán no pasa entre las mitades, sino que solo Dios lo hace, a través del simbolismo del horno y la antorcha de fuego. Por lo tanto, la promesa que Dios ha hecho aquí dependía completamente de Su voluntad y Su obra.

Abrán había comenzado esta parte de la conversación preguntándole al Señor cómo sabría si Dios cumpliría la promesa que le había hecho de darle a Abrán y a sus descendientes la tierra de Canaán. La manera en la que Dios sella Su pacto con Abrahán seguramente dejaría a Abrán sin palabras para el resto de su vida.