¿Qué significa Mateo 20:10?
En la parábola de Jesús (Mateo 20:1), el dueño de la casa contrató a un grupo de hombres para trabajar un día entero a cambio de un denario. Luego contrató a diferentes grupos para trabajar el resto del día a las 9 a.m., al mediodía, a las 3 p.m. e incluso a las 5 p.m. Cuando el dueño comenzó a pagarle a las personas que había contratado al final del día y les pagó un denario completo a cada uno, incluso aunque hubieran trabajado solo durante una hora, los otros trabajadores comenzaron a ilusionarse. Asumieron que debido a que trabajaron mucho más tiempo, el maestro estaba a punto de pagarles mucho más de lo que habían acordado recibir.Entonces, se dieron cuenta de que estaban equivocados. En lugar de recibir, digamos, doce denarios por las doce horas de trabajo, el primer grupo recibió exactamente lo que habían acordado: un denario. Puestos en la misma situación, quizás nuestra primera reacción sería la misma que la de estos hombres (Mateo 20:11): afirmar que esto no es justo. El dueño, sin embargo, dirá que Él había hecho lo correcto y lo que era justo para todos. Por lo tanto, nadie acabaría recibiendo algo diferente de lo que se había acordado.
Mateo 20:1–16 es una parábola que ilustra lo que Jesús quiso decir cuando dijo que algunos de los últimos serán los primeros y algunos de los primeros serán los últimos en el reino de los cielos (Mateo 19:30). Después de que el dueño de una finca contratara a cinco grupos de trabajadores en diferentes momentos del día, le acaba pagando al último grupo la misma cantidad que le pagó al grupo que contrató temprano por la mañana. Aunque ese grupo se acaba quejando, sí que recibieron lo que se había acordado desde el principio y nadie los había engañado. El dueño de la finca insiste en que él tiene derecho a mostrarle generosidad a quien quiera. Jesús concluye diciendo, de nuevo, que los últimos serán los primeros, y los primeros, los últimos. Los temas que se encuentran en esta parábola se repiten durante la última parte de la parábola del hijo pródigo (Lucas 15:25–32).
Jesús hace una ilustración acerca de Sus comentarios sobre la manera en que algunos de los "primeros serán los últimos, y los últimos, los primeros" (Mateo 19:30) con una parábola sobre unos trabajadores contratados. Luego les habla claramente a Sus discípulos acerca de su inminente muerte y resurrección. La madre de Jacobo y Juan le pide a Jesús que sus hijos obtengan posiciones importantes en Su reino. Jesús les dice a los discípulos que la verdadera grandeza no se alcanza haciendo alardes de autoridad tal y como lo hacen los líderes gentiles. En cambio, una persona se hace importante sirviendo a los demás, incluso de la manera que lo haría un esclavo, tal y como lo hizo el mismo Jesús. Luego, Jesús cura a dos ciegos inmediatamente antes de entrar en Jerusalén.
