Capítulo
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Marcos 15:14

LBLA Y Pilato les decía: ¿Por qué? ¿Qué mal ha hecho? Y ellos gritaban aún más: ¡Crucifícale!
NBLA Y Pilato les decía: “¿Por qué? ¿Qué mal ha hecho?” Y ellos gritaban aún más: “¡Crucifícalo!”
NVI ?¿Por qué? ¿Qué crimen ha cometido? Pero ellos gritaron aún más fuerte: ?¡Crucifícalo!
RV1960 Pilato les decía: ¿Pues qué mal ha hecho? Pero ellos gritaban aún más: ¡Crucifícale!
JBS Mas Pilato les decía: ¿Pues qué mal ha hecho? Y ellos daban más voces: Cuélguenlo de un madero.

¿Qué significa Marcos 15:14?

La pregunta de Pilato es significativa. Jesús ha acobardado a los principales sacerdotes (Marcos 11:27–33), ha amenazado los intereses económicos de los ancianos (Marcos 11:15–19), ha avergonzado a los saduceos (Marcos 12:18–27) y ha avergonzado a los fariseos (Mateo 23:1–36). Incluso afirmó la autoridad del César (Marcos 12:13–17). A pesar de lo que afirman los líderes judíos, Jesús no le ha faltado el respeto al César, no ha planeado una rebelión ni ha causado disturbios políticos. Incluso cuando los judíos trataron de hacerlo rey, se les escapó (Juan 6:15).

La acusación de que la mayoría condena a Jesús debido al incumplimiento de la ley mosaica es el tema que los judíos no creían que le interesaría a Pilato, pero en realidad es esa declaración lo que más le asusta a Pilato. Cuando Pilato desafía sarcásticamente a los judíos para que crucificaran a Jesús ellos mismos, finalmente revelan su motivación religiosa: "nosotros tenemos una ley y, según nuestra ley, éste debe morir porque a sí mismo se hizo Hijo de Dios" (Juan 19:7). Para los judíos, quienes son monoteístas, este es un caso claro de blasfemia (Marcos 14:61–64).

Esto presenta otro problema para el juicio de Pilato. Los romanos politeístas creen que el emperador es un dios y los dioses vienen a la tierra e impregnan a las mujeres humanas. Entonces, tal y como se interpreta en la cosmovisión grecorromana de Pilato, la afirmación del "hijo de [un] dios" es algo que podría ser verdad y esto lo asusta (Juan 19:8). Tras la muerte de Jesús, el centurión enfatiza el temor de Pilato, diciendo: "¡en verdad, este hombre era Hijo de Dios!" (Marcos 15:39).

Pero más que los enigmas legales y los referentes a la lógica del asunto, la pregunta de Pilato es imperativa para la legitimidad del evangelio. Jesús no hizo nada para merecerse la muerte, y por eso es el sacrificio perfecto por nuestros propios pecados, los cuales sí merecen la muerte.

A pesar de la clara renuencia de Pilato para crucificar a Jesús, no es un hombre "agradable" bajo ningún concepto. Después de que utilizara el dinero dedicado al templo para construir acueductos, un grupo de judíos se enfrentó pacíficamente a él y realizó una especie de sentada durante una semana. Cuando finalmente llegó a hablar con ellos, colocó soldados en las filas de los judíos, con las armaduras cubiertas. A su señal, los soldados sacaron garrotes y cuchillos y golpearon a los manifestantes. Algunos murieron a causa de las palizas, mientras que otros fueron pisoteados. Esta es una de las varias veces que Pilato mostró su crueldad hacia sus súbditos.

Algún tiempo después del falso juicio de Jesús, Pilato será despedido del gobierno después de masacrar a un grupo de samaritanos, quienes habían sido engañados para que pensaran que estarían desenterrando artefactos sagrados que Moisés había dejado en la zona. La reunión no tenía nada que ver con una rebelión, pero Pilato envió a su ejército para perseguir al grupo y matar a los que pudiera atrapar.

Más allá de ser muy agresivo o no, Pilato está dispuesto y es capaz de enfrentarse al más mínimo desafío contra su autoridad. Pilato sabe que Jesús no es una amenaza.
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