¿Qué significa Hebreos 9:1?
Antes de este capítulo, el escritor de Hebreos enfatizó que Dios siempre había tenido la intención de establecer un "nuevo pacto" para reemplazar el sistema de sacerdotes y sacrificios en el templo (Hebreos 7:11). En esta sección, el autor busca explicar exactamente cómo los elementos del "antiguo pacto" sirven como símbolos del ministerio de Jesucristo. Para empezar, el escritor revisa los componentes del templo y el sistema de sacrificios, al mismo tiempo que explica cómo esos elementos son imperfectos y defectuosos. Dado que la intención del escritor es explicar el significado de los símbolos, no su disposición exacta, la descripción es breve intencionalmente (Hebreos 9:5).Aquí, el escritor señala que el lugar para la adoración es terrenal. Es decir, está en un solo lugar en un momento dado. Esto significa que los beneficios que esto ofrece solo están disponibles para las personas dentro de un área determinada, en lugar de estar disponibles para todo el mundo. Tal y como Jesús le dijo a la mujer junto al pozo, la verdadera intención de Dios es que la gente adore a Dios de una manera espiritual, independientemente de cualquier templo terrenal (Juan 4:22–24). Esto también se corresponde con la cita anterior de Jeremías, quien habló sobre que Dios escribiría Su ley en el corazón de Su pueblo (Hebreos 8:7–13).
Hebreos 9:1–10 explica cómo las habitaciones y los artefactos del templo solo tenían el propósito de ser símbolos. De hecho, esos artículos estaban destinados específicamente a mostrar cómo el antiguo pacto no podía eliminar la barrera que existía entre Dios y el hombre. El uso de rituales externos solo puede aliviar los sentimientos de culpa, pero en realidad no puede eliminar el pecado o cambiar la naturaleza de una persona. La existencia de las cortinas, que separan a los hombres de los lugares santos, también es un símbolo de cómo el antiguo pacto nos separa de Dios. Esto establece una comparación, en el siguiente pasaje, que muestra cómo el sacrificio de Cristo "completa" esta simbología y logra la perfección en nuestra relación con Dios.
El capítulo 9 de Hebreos explica cómo el antiguo pacto incluía varios lugares y rituales físicos. Estos, según el escritor de Hebreos, siempre fueron concebidos como símbolos. Todos sus detalles, y los inconvenientes que sufrieron, estaban destinados a apuntar hacia el medio "verdadero" de nuestra redención, que es Cristo. A diferencia de los sacrificios de animales, que deben repetirse y que no pueden cambiar a las personas por dentro, el sacrificio de Jesucristo ofrece una solución para el pecado de una vez por todas, permanente y completamente eficaz. El hecho de que Cristo murió por el pecado solo una vez y para siempre también significa que la próxima vez que Cristo venga, no vendrá como un sacrificio, sino para cumplir finalmente el plan de Dios.