¿Qué significa Génesis 35:11?
Después de que Jacob le construyera un altar al Señor en Betel (Génesis 28:10–22), Dios se le apareció a Jacob para bendecirlo una vez más. En el versículo anterior, Dios confirmó su cambio de nombre desde Jacob a Israel (Génesis 32:28; 35:10). Ahora el Señor reconfirma Sus promesas diciendo que una nación, reyes, y un conjunto de naciones vendrían de la descendencia de Jacob.Dios confirma estas promesas declarándose un "Dios omnipotente". Esto viene del hebreo 'ēl Sad'day, que también se puede escribir El Shaddai. Este término se usa a menudo en Génesis (Génesis 28:3; 43:14; 48:3). El primer uso de este título vino cuando Dios le estaba hablando a Abrahán, y le hizo promesas similares (Génesis 17:1). El Dios omnipotente es conocido por Su fidelidad y habilidad para cumplir Sus promesas. A Jacob, que ya tenía 11 hijos y al menos una hija, se le ordena primero que fuera fructífero y se multiplicara. Esta orden, la cual ya se le había dado a Adán y Eva (Génesis 1:28) y luego a Noé (Génesis 9:1) ahora se le da a Israel y a sus descendientes junto con la promesa de Dios de que de Jacob vendrían naciones y reyes en el futuro.
Génesis 35:1–15 describe el cumplimiento de las promesas que Jacob le había hecho al Señor unos veinte años antes. Por aquel entonces, Jacob se encontró con Dios después de haber huido de Esaú (Génesis 27:42). Ahora que Jacob había regresado sano y salvo a Canaán y había resuelto el conflicto con Esaú, Dios le ordenó que construyera un altar en el lugar donde se habían reunido anteriormente. Jacob finalmente liberó a su familia de todos sus ídolos falsos y construyó el altar. Dios se le apareció más tarde, confirmándole una vez más las promesas del pacto. Jacob respondió a la aparición y a la bendición de Dios construyendo una columna de piedra y derramando una libación y aceite sobre ella. Este lugar recibió el nombre de Betel, que significa "casa de Dios".
Dios le ordena a Jacob que le construya un altar en Betel. Esto cumplirá con las promesas que le hizo a Jacob después de encontrarse con el Señor por primera vez mientras huía de Esaú por miedo a perder su vida. Jacob libera a su familia de todos sus ídolos falsos y luego viaja a Betel. Dios se le aparece de nuevo, reafirmando todas las promesas del pacto. Mientras se están alejando, Raquel muere al dar a luz al duodécimo hijo de Jacob. Su primer hijo, Rubén, se acuesta con Bilá, la sierva y esposa de Jacob, y como resultado pierde su primogenitura. Finalmente, el padre de Jacob, Isaac, muere a los 180 años.