¿Qué significa Génesis 28:18?
El Señor visitó a Jacob durante un sueño y le hizo las mismas promesas que le había hecho a Abrahán, y también le dio la seguridad de que Él mismo estaría con él y lo traería de regreso a la tierra prometida (Génesis 28:10–15). Cuando se despertó, Jacob se sentía abrumado la santidad del lugar donde había dormido. Jacob le puso de nombre "la casa de Dios" y "la puerta al cielo" (Génesis 28:16–17).Más tarde, Jacob decidió conmemorar la santidad de este lugar. Jacob tomó la piedra que usó como almohada durante su sueño y la colocó como un pilar. Esto podría significar que Jacob tomó la piedra y la colocó de manera vertical en relación con el suelo. Jacob también vertió aceite en la parte superior de la piedra como parte de esta ceremonia. Esta piedra no debería confundirse con un altar, sino que era como un poste o una piedra erguida que indicaba que este lugar era santo. En el siguiente versículo, Jacob le pondrá un nombre a este lugar.
Génesis 28:10–22 describe la aparición del Señor a Jacob en un sueño mientras se dirigía a Jarán en Mesopotamia, la región donde vive Labán, el hermano de Rebeca. Obligado al anochecer a dormir en el suelo con una piedra como almohada, Jacob sueña con una escalera que conecta la tierra con el cielo y está llena de ángeles que se movían en ambas direcciones. El Señor estaba en lo alto de la escalera y le hizo a Jacob las mismas promesas que le había hecho a Abrahán en el pasado. Dios también le promete a Jacob que estaría con él durante su viaje desde y hacia la tierra prometida. Jacob se despierta y adora al Señor, prometiendo hacer que el Señor se convirtiera en su Dios.
Isaac envió a Jacob lejos de su casa para encontrar una esposa en Mesopotamia, en Padán-aram, donde vivía el hermano de Rebeca. Primero, sin embargo, bendijo completamente a Jacob; por lo tanto, las promesas del pacto de Abrahán ahora pasarían directamente a través de Jacob. Esaú se casó con una de las hijas de Ismael para tratar de complacer a Isaac. El Señor se le apareció a Jacob en un sueño, y le ofreció personalmente las promesas de Abrahán, junto con la seguridad de que estaría con Jacob en Mesopotamia y cuando volviese de allí. Entonces, Jacob le promete que, si el Señor hace eso, haría que el Señor fuera su Dios, lo adoraría y le daría el diezmo.