¿Qué significa 1 Pedro 1:4?

En el versículo 3, Pedro dijo que hemos nacido de nuevo y tenemos una esperanza viva. Ahora continúa explicándonos que nosotros también nacemos de nuevo y recibimos una herencia, pero, ¿por qué? Porque, en Cristo, nos hemos convertido en herederos de la gloria infinita de Dios. ¿Cómo podemos ser herederos de Dios? Porque, gracias a Cristo, Dios nos considera Sus hijos. ¡Increíble!

En Romanos 8:15–16, Pablo dice que "hemos recibido el Espíritu de adopción" y que clamamos: "¡Abba! ¡Padre!" "Abba" significa "papá", lo cual significa que nuestra relación con Dios es muy cercana, ¡hasta el punto en el que podemos considerarlo como nuestro Padre y Él nos considera como sus hijos! Es este espíritu el que nos hace ser herederos de Dios y coherederos con Cristo mismo.

Los cristianos a quienes Pedro les estaba escribiendo estaban experimentando una fuerte persecución debido a su fe en Cristo, y estaban sufriendo. Todos sufrimos. Una de las formas en que sufrimos es porque nos hemos dado cuenta de que, en última instancia, nuestra esperanza no está en este mundo. Las cosas que tenemos (lo que nos ganamos o lo que nuestros padres y abuelos nos dejan como herencia en esta vida) se pierde o nos lo pueden quitar fácilmente.

Sin embargo, al ser hijos de Dios, nuestra herencia nunca se puede perder, ni ahora ni nunca: es incorruptible (no puede morir), no está contaminada (no puede corromperse ni romperse) y es imperecedera (nunca puede perder su valor). Nuestra herencia eterna, la cual tiene un valor ilimitado, está guardada para nosotros en el cielo en este mismo momento.