¿Qué significa 1 Pedro capitulo 3?
Durante los dos primeros capítulos de la carta que Pedro les escribió a los cristianos que se habían dispersado por toda Asia Menor, Pedro nos ha dejado tres cosas muy claras. Primero, los creyentes tienen un futuro asegurado con Dios, quien nos hizo nacer de nuevo. En segundo lugar, los cristianos son el pueblo santo de Dios. Eso significa que Dios nos ha apartado aquí en la Tierra para cumplir Sus propósitos. En tercer lugar, es muy posible que los creyentes sufran en esta vida incluso mientras hacen el bien. Las personas que siguen a Jesús también sufren, y a veces mucho más que el mundo que los rodea.En el capítulo dos, Pedro dijo que el pueblo santo de Dios está llamado a vivir en sumisión a las autoridades humanas, incluso a aquellas autoridades humanas que puedan hacernos sufrir.
En este capítulo, Pedro les aplica esta idea de la sumisión a las esposas cristianas. Pedro les ordena que se sometan a sus propios esposos, incluso a los esposos que no crean. ¿Por qué? Por un lado, su estilo de vida, uno basado en una "conducta pura y respetuosa" gracias a lo que Cristo ha hecho por ellas, puede ser suficiente para que sus esposos le den su vida a Cristo sin tener que decir nada.
En lugar de ser superficiales a la hora de buscar la belleza, Pedro les pide a las esposas cristianas que cultiven la belleza desde adentro hacia afuera, desarrollando un espíritu amable y tranquilo. Dios valora muchísimo este tipo de belleza, la cual contrasta fuertemente con la cultura que nos rodea.
Por tanto, Pedro les está pidiendo a las personas que tenían menos influencia en ese tiempo y lugar (incluidos los esclavos y las mujeres) que fueran influyentes, ya que podían usar su libertad en Cristo para someterse a los demás y servirlos voluntariamente, permitiendo así que el mundo viera la manera en que Cristo glorifica y llena de belleza y valentía a las personas que lo siguen.
Pedro también se dirige a los esposos cristianos, y les piden que honren y respeten a sus esposas. Pedro les recuerda que, ante Dios, todos somos iguales: somos coherederos de Su gracia. De hecho, Pedro dice que las oraciones de los esposos se pueden ver obstaculizadas si no honran a sus esposas.
A continuación, Pedro se dirige a todos los creyentes y nos ordena que estemos unidos. Luego nos dice que rechacemos el instinto humano natural de vengarnos cuando se nos insulte o nos traten con injusticia. Parte de nuestro propósito al ser el pueblo apartado de Dios es bendecir a quienes nos hacen daño.
Pedro cita tanto a David como a Isaías para apoyar una de sus ideas: que Dios siempre quiso que vivieran de una manera diferente a como lo hace el mundo, influyendo en su cultura incluso a través del sufrimiento. De hecho, puede ser que la voluntad de Dios sea que suframos mientras hacemos el bien. Si eso sucede, ¿cómo deberíamos responder? En nuestros corazones, escribe Pedro, los cristianos debemos honrar a Cristo, nuestro Señor. Debemos someternos completamente a Él. Al hacerlo, seremos transformados y viviremos con esperanza incluso cuando estemos sufriendo. Quienes nos conocen verán esto y les parecerá extraño, y entonces preguntarán, dice Pedro: "¿cómo puedes tener tanta esperanza en un momento tan horrible?"
Debemos estar preparados para contestarles, escribe Pedro, con gentileza y respeto, la historia de cómo llegamos a ser redimidos por Dios a través de la fe en Cristo. Al mismo tiempo, es importante que sigamos haciendo el bien para que incluso aquellos que nos acusan de haber obrado mal se acaben avergonzando de sus propias opiniones.
Una vez más, nuestro ejemplo está y es Cristo. Cristo sufrió y murió por nuestros pecados antes de ser vivificado en el espíritu. De alguna manera, Cristo les predicó a los que estaban en prisión y que no obedecieron durante los días de Noé. Cristo resucitó y afirmamos eso cuando somos bautizados y alcanzamos la salvación. Finalmente, Cristo ascendió al cielo y ahora está allí a la diestra de Dios reinando sobre toda autoridad y poder que existe en el universo.