¿Qué significa 1 Pedro 1:16?
El versículo 16 finaliza el pensamiento que Pedro comenzó a compartir en el versículo 15. Pedro está citando un mandamiento muy conocido que Dios compartió con el pueblo de Israel (Levítico 11:44–45; 19:2; 20:7), y lo hace para enfatizar algo importante específicamente para sus lectores judíos: que Dios siempre ha querido que Sus hijos "sean santos". Por lo tanto, esta no es una idea nueva.Los versículos 15 y 16 nos pueden desanimar un poco si no nos esforzamos por entenderlos bien, ya que Dios nos pide ser perfectos, pero eso es imposible de cumplir en este lado de la eternidad. Sin embargo, Dios no nos está pidiendo cumplir algo que Él mismo sabe que no podemos cumplir. Por lo tanto, debemos consultar los pasajes que cita Pedro para comprender mejor lo que Dios quiere decir con la palabra "santo". Para Israel, ser santo significaba vivir de una manera diferente a como lo hacían el resto de las naciones que los rodeaban. Ser "santo" -literalmente, "apartado"- significaba negarse a comer ciertos alimentos o a usar ciertos tipos de ropa, y también respetar a sus padres. Ser santo significaba obedecer los mandamientos de Dios. Dios quería que Su pueblo fuera como Él, y Él era y es santo. Por tanto, ese sigue siendo el deseo de Dios. La diferencia que hay entre la santidad que se nos describe en el Antiguo Testamento y la del nuevo se encuentra en lo que Pedro ya nos ha comunicado en esta carta. Es decir, Dios nos ha hecho santos en Cristo: nos ha apartado y nos ha salvado y, por eso, quiere que tomemos decisiones que reflejen las personas en las que nos hemos convertido.
Dicho de otra manera, los cristianos debemos cambiar nuestra conducta para adaptarla a la nueva identidad que hemos recibido. Debido a que somos personas santas, deberíamos alejarnos del pecado tanto como nos sea posible, y tampoco debemos dejarnos llevar por los viejos patrones de nuestra conducta. Todo lo contrario, debemos actuar tal y como lo harían personas a las que Dios ha santificado. Entonces, ¿significa eso que de aquí en adelante todo lo que hagamos y digamos será perfecto? Claramente no, y por eso debemos seguir confiando en la gracia y el perdón de Dios. Al mismo tiempo ¿es la voluntad de Dios que vivamos en perfecta santidad? Sí, y también debería convertirse en nuestro estándar, incluso aunque no podamos lograrlo hasta que estemos con nuestro Padre en la eternidad.