¿Qué significa Mateo 9:28?
Dos ciegos siguieron a Jesús hasta una casa, quizás la suya o quizás la casa que Mateo tenía en Cafarnaún. Le estaban pidiendo misericordia, dirigiéndose a Él como el Hijo de David, el nombre que recibía el Mesías prometido del que se hablaba tanto en Las Escrituras (Mateo 9:27). El hecho de que esto dos ciegos pudieran entender esto y todos los demás no lo hicieran seguramente llamó la atención de Jesús.Jesús no sanó a los ciegos al aire libre; quizás Él estaba tratando de evitar que las multitudes que lo estaban siguiendo crecieran aún más; quizás no estaba listo para que todos aceptaran que Él era el Mesías que salvaría a Israel. Después de haberlos sanado, Jesús les ordenó a los hombres que no se lo dijeran a nadie (Mateo 9:30).
Cuando Jesús llegó a la casa, estos dos hombres ciegos también entraron con Él. Jesús, les hizo una pregunta: "¿creen que puedo hacer esto?" Cristo parece haber querido que los ciegos expresaran la fe que tenía en Él de una manera personal y directa.
Su respuesta fue firme: creían que Él podía sanarlos, y ambos lo llamaron "Señor". Durante muchas de Sus curaciones, Jesús parecía sentirse atraído por la fe de aquellos y aquellas que lo buscaban para que los curase. Jesús quiere que aquellos que lo buscan crean que Él puede curarlos.
Mateo 9:27–34 nos describe la curación de dos ciegos y un mudo. Los ciegos siguieron a Jesús entre la multitud, gritando: "ten misericordia de nosotros, Hijo de David!". Ellos creían que Jesús era el Mesías y Aquel que podía devolverles la vista. Jesús lo hizo, pero ellos comenzaron a decírselo a todo el mundo, incluso aunque Jesús les dijera que no lo hicieran. A continuación, le llevaron a Jesús un hombre que estaba siendo oprimido por un demonio. El demonio había provocado que el hombre no pudiera hablar. Jesús expulsó al demonio y el hombre comenzó a hablar. Las multitudes se maravillaron de esto, pero los fariseos llegaron a la conclusión de que el poder que Jesús tenía sobre los demonios provenía de Satanás.
Mateo 9 continúa mostrándonos la manera en que Jesús autenticaba Sus afirmaciones de ser el Mesías mediante poderosos milagros de curación y expulsando demonios. Jesús cura a un paralítico después de decirle que sus pecados habían sido perdonados. Entonces, Jesús llama a Mateo para que lo siga y celebra una cena con Mateo y otros recaudadores de impuestos. Jesús responde a las preguntas de unos fariseos y otras personas. Una mujer toca Su manto y se cura de una enfermedad de 12 años, y Jesús resucita a una niña muerta. Jesús le devuelve la vista a unos hombres que eran ciegos y habla con un hombre que está siendo oprimido por demonios. Jesús nos demuestra que sentía una gran compasión por las multitudes.
