¿Qué significa Mateo 9:20?
Jesús y Sus discípulos estaban siguiendo a un hombre llamado Jairo, quien se dirigía a su casa para ver a su única hija, de unos 12 años, que acababa de morir (Lucas 8:40–42; Mateo 9:18). Jairo le pidió a Jesús que fuera y pusiera Su mano sobre la niña para que la niña pudiera vivir.Algo inesperado sucedió de camino a la casa de Jairo. Una mujer se abrió paso entre la multitud que rodeaba a Jesús y logró tocar el borde de su manto o una de las borlas que colgaban de las esquinas del manto de los hombres judíos (Números 15:37–41). Parece que la mujer no agarró el manto, sino que solamente lo tocó.
Mateo nos dice que esta mujer padeció de hemorragias durante 12 años. Como de costumbre, Marcos nos proporciona más detalles al respecto. La mujer "había sufrido mucho a manos de muchos médicos, pero que lejos de mejorar había gastado todo lo que tenía, sin ningún resultado" (Marcos 5:26). Los estudiosos sugieren que esta hemorragia podría haber sido un sangrado menstrual prolongado debido a algo como un quiste. Si esto era lo que estaba ocurriendo, esto sería el doble de difícil para ella, ya que entonces sería considerada ceremonialmente impura bajo la ley y sería obligada a mantenerse a distancia de los demás en la comunidad (Levítico 15:25–33).
Los siguientes versículos nos revelarán los motivos de la mujer y la reacción que Jesús tuvo ante su desesperado acto de fe.
Mateo 9:18–26 comienza con la llegada de un magistrado de la sinagoga que le dice a Jesús que su hija acaba de morir, pero que vivirá si Jesús fuera y pusiera su mano sobre ella (Marcos 5:21–24). Jesús y los discípulos siguen al hombre a su casa y de repente una mujer de la multitud toca el borde del manto de Jesús. Tal y como también se indica en el evangelio de Marcos, ella se cura inmediatamente de una enfermedad que había tenido durante 12 años (Marcos 5:25–29). Al llegar a la casa del hombre, Jesús les pide a los dolientes profesionales que se vayan, toma la mano de la niña muerta y ella vuelve a la vida (Marcos 5:35–43).
Mateo 9 continúa mostrándonos la manera en que Jesús autenticaba Sus afirmaciones de ser el Mesías mediante poderosos milagros de curación y expulsando demonios. Jesús cura a un paralítico después de decirle que sus pecados habían sido perdonados. Entonces, Jesús llama a Mateo para que lo siga y celebra una cena con Mateo y otros recaudadores de impuestos. Jesús responde a las preguntas de unos fariseos y otras personas. Una mujer toca Su manto y se cura de una enfermedad de 12 años, y Jesús resucita a una niña muerta. Jesús le devuelve la vista a unos hombres que eran ciegos y habla con un hombre que está siendo oprimido por demonios. Jesús nos demuestra que sentía una gran compasión por las multitudes.