¿Qué significa Mateo 10:31?
Jesús les ha estado diciendo a Sus apóstoles que se iban a enfrentar a una terrible persecución mientras le predicaban Su mensaje al mundo y que no debían tener miedo (Mateo 10:22–28). Una razón por la que no debían temer al mundo es que su poderoso Padre, Dios, los conoce, los observa y se preocupa por ellos. Dios está al tanto de los momentos en los que un pajarillo se cae al suelo, a pesar de que los pajarillos parezcan tener tan poco valor desde nuestra perspectiva. Ahora Cristo les dice a Sus discípulos que no tengan miedo: ya que ellos eran claramente más valiosos que los pájaros a ojos de Dios.Es importante notar que Jesús no les promete a Sus discípulos que nunca iban a sufrir, o incluso morir, mientras predicaban las buenas nuevas en el mundo. De hecho, Jesús les advirtió acerca de que sufrirían todo tipo de persecuciones (Juan 16:1–3). Lo que Jesús quiere comunicarles es que, si Dios se preocupa por los pajarillos, entonces claramente también se preocupa por Sus hijos. Dios está al tanto del momento en el que mueren y siempre estará listo para recibirlos en la eternidad. Por lo tanto, pasar por dificultades no es una señal de que Dios se haya olvidado de nosotros, sino que son momentos para recordar que Él está al tanto de todo lo que está ocurriendo, y Él está en control de la situación.
Mateo 10:26–33 continúa con Jesús animando a Sus apóstoles, mientras los estaba enviando a los Doce y les estaba otorgando Su autoridad. Jesús les ordena a los apóstoles que proclamen por todas partes lo que les estaba diciendo ahora. A ellos también los perseguirían, pero no debían tener miedo. Sus enemigos solo podían matar el cuerpo, pero Dios, en cambio, puede también matar el alma. Por lo tanto, debían recordar que su Padre se preocuparía por ellos. Dios estaría allí cuando se cayeran. Jesús dice que, un día, él también reconocería ante Su Padre a todo aquel que lo reconociera ante los demás. Aquellos que negaran quien era, el Hijo de Dios, Jesús también los negaría a ellos.
Jesús les dio la autoridad y el poder que él mismo tenía sobre las enfermedades, los demonios e incluso la muerte a Sus doce apóstoles, a quienes él mismo había elegido. Jesús les da instrucciones en preparación tanto para un viaje a corto plazo que iban a realizar hacia los pueblos de Galilea como para Su ministerio después de que él los dejara. Primero, iban a predicar Su mensaje del reino en los pueblos israelitas mientras sanaban y expulsaban demonios para demostrar el poder de Jesús. Después, sufrirían una gran persecución ante los judíos y gentiles al intentar representar a Jesús. Sin embargo, no debían tener miedo, y debían confiar en que su Padre estaría con ellos y los recompensaría por hacer todo esto.