¿Qué significa Santiago 1:5?

En los versículos que van del 2 al 4, Santiago sentó las bases para lo que compartirá durante el resto de su carta. Santiago dijo que la vida cristiana se centra en hacer crecer la confianza que tenemos en Dios a medida que se nos presentan diferentes problemas a lo largo de nuestras vidas. De hecho, esas pruebas son exactamente lo que necesitamos para aprender a confiar más en Dios. Aquí, Santiago comienza a describir la manera en que podemos confiar en Dios dentro de una amplia variedad de circunstancias.

En este contexto, Santiago habla de pedirle sabiduría a Dios para un momento particular: los momentos en los simplemente no sabemos qué hacer. ¿Cuál es la mejor opción? ¿Qué camino debemos tomar? ¿Si hay dos caminos, cuál deberíamos elegir? Las personas que verdaderamente confían en Dios le piden sabiduría y, al pedirle sabiduría a Dios, demuestran que confían en Él.

Santiago afirma que Dios nos frece Su sabiduría generosamente, y no escatima en brindarles información a quienes preguntan acerca de cómo tomar las mejores decisiones. De hecho, Dios nos regala Su sabiduría sin hacer ningún "reproche". En otras palabras, Dios no se para analizar todos los errores que hemos cometido en el pasado para entonces decidir si somos o no somos dignos de recibir Su sabiduría. ¡Qué promesa tan asombrosa! El Dios del universo está listo y dispuesto a darnos Su abundante sabiduría si confiamos en Él, y nuestro pasado no es un impedimento.

Una forma en que Dios nos revela su sabiduría es a través de Su Palabra, la Biblia. Sin embargo, la Palabra escrita no es la única forma en que Dios nos proporciona sabiduría. Otras Escrituras nos alientan a buscar la sabiduría de Dios a través de otras personas que son bondadosas y sabias que siguen al Señor (Proverbios 11:14) y mediante la observación de Su creación (Salmo 19:1). Sin embargo, la fuente última de toda sabiduría es Dios mismo.

Por supuesto, esta no es una promesa simplista, tal y como nos lo mostrarán los dos versículos siguientes. El hecho de que obtengamos o no la sabiduría que buscamos depende de si realmente confiamos o no en que Dios es la mayor fuente de sabiduría que existe en el mundo.