¿Qué significa Santiago 1:21?

Santiago continúa describiéndonos la manera en que podemos confiar verdaderamente en Dios nuestro Padre. ¿De qué manera se puede ver eso en nuestra vida diaria? Santiago dice que las personas que confían en Dios rechazan el pecado. El pecado es lo que sucede cuando elegimos servirnos a nosotros mismos por encima de todo lo demás. Dado que Dios nos da exactamente lo que necesitamos, ¿para qué necesitamos el pecado entonces? Por tanto, Santiago dice que lo que debemos hacer es rechazar el pecado a toda costa. La palabra griega que utiliza aquí es apothemenoi, que significa "quitarse algo", como por ejemplo como cuando nos quitamos la ropa.

Además, cuando nos quitamos algo, elegimos hacerlo y somos conscientes de que estamos haciéndolo. Los seres humanos forman parte de la inmundicia moral del mundo y del mal que los rodea, y es así como la mayoría de las personas continúan viviendo durante toda su vida. Muchas veces les quitamos importancia a cosas que en realidad sí la tienen y tendemos a compararnos moralmente con otras personas en lugar de compararnos con Dios. Sin embargo, las personas que confían en el Padre eligen no pecar, sin importar lo extraño que pueda parecerle a la cultura que nos rodea.

Entonces, ¿qué elegimos hacer en su lugar? Santiago no nos da una lista concreta de las cosas buenas que podemos hacer, en lugar de hablarnos de las cosas malas que estábamos haciendo. Santiago dice que debemos aceptar con humildad la Palabra que ha sido plantada en nosotros. A lo largo de la Biblia, muchos se refieren a Cristo como "la Palabra". Probablemente, Santiago también se refiere aquí a Cristo, al mensaje de Cristo, cuando nos llama a aceptar con humildad la Palabra que fue plantada en nosotros cuando creímos en Jesús.

Santiago no nos dice que dejemos de pecar y simplemente seamos mejores personas, sino que dejemos de pecar y aceptemos (o sigamos aceptando o aceptemos a un nivel más profundo) el mensaje de Cristo con humildad. Lo que cuenta es la bondad de Cristo que mora en nosotros, no los esfuerzos que hacemos para ser buenos. La presencia de Cristo en nosotros es lo que al final salvará nuestras almas.