¿Qué significa Santiago 1:25?
Durante los dos versículos anteriores, Santiago compartió una analogía muy útil: comparó a alguien que escucha la Palabra de Dios, pero no hace lo que dice, con una persona que se olvida de su propio rostro inmediatamente después de mirarse en un espejo, y ambas ideas deberían parecernos ridículas. ¿Para qué mirar si no vas a aplicar lo que ves? ¿Para qué mirar si no vas a recordar lo que acabas de ver?Aquí, Santiago nos explica la manera en que los creyentes deben estudiar la Palabra de Dios. Los cristianos deben mirar atentamente la ley perfecta, la ley que nos da libertad. Si hacen esto de manera rutinaria y la obedecen, serán bendecidos en todo lo que hagan.
Cuando Santiago usa la palabra "ley", no se está refiriendo a la Ley de Moisés. Santiago era uno de los líderes de la iglesia en Jerusalén y probablemente le estaba escribiendo esta carta a una audiencia judía que lo sabía todo acerca de esa Ley. Sin embargo, lo más importante es que estaba escribiéndoles a judíos que se habían convertido al cristianismo sobre lo que significaba vivir su fe en Cristo.
Santiago no quería que los creyentes se confundieran y pensaran que hay que seguir reglas legalistas para así ser bendecidos por Dios, sino que les está escribiendo a personas que ya creían que Jesús cumplió la Ley de Moisés, específicamente porque la obedeció perfectamente Él mismo. En Cristo, la Palabra ha sido plantada en nosotros (Santiago 1:21). Esa es la Palabra que escuchamos y obedecemos porque confiamos en nuestro Padre. Esa Palabra es la ley perfecta, la ley del amor de Cristo, la cual nos trae libertad.
Seremos bendecidos, o dichosos en lo que hagamos, tal y como nos lo promete este versículo, si miramos atentamente esa ley y la obedecemos.