¿Qué significa Santiago 1:19?
Durante el pasaje inicial de su carta, Santiago animó a los creyentes a continuar confiando en Dios, incluso durante los momentos más difíciles. De hecho, los creyentes deben considerarse "dichosos" a través de las dificultades, ya que Dios nos permite pasar por ellas para fortalecer nuestra fe. Esto nos plantea la pregunta de cómo podemos permanecer siéndole fiel a Dios (continuar confiando en Él) incluso cuando tengamos que pasar por momentos difíciles a lo largo de nuestras vidas. Las personas que confían en Dios, no dejan de obedecerlo. A partir del versículo 19, Santiago comienza a describirnos la manera en que debemos obedecer a Dios.Las personas que confían y obedecen a Dios aprenden a ajustar la manera en que escuchan y hablan. Si Dios es quien realmente tiene el control, entonces podemos darnos el lujo de tomarnos el tiempo suficiente como para comprender cuál es Su voluntad. En lugar de responder y hablar, debemos escuchar. Por eso, cuando dudamos de si Dios tiene el control de la situación, hablamos mucho más de lo que pensamos.
Debido a que somos creyentes, no debemos obsesionarnos con el hecho de asegurarnos si se nos está escuchando y comprendiendo con el fin de obtener lo que queremos. Cuando actuamos de acuerdo con nuestros deseos y nuestras reacciones inmediatos, sentimos que estamos perdiendo de control de las cosas y, cuando eso ocurre, acabamos frustrándonos.
Al mismo tiempo, es importante que nos demos cuenta de que Dios no quiere que nos enojemos. La ira es una emoción humana que todo el mundo experimenta y, en ocasiones, puede justificarse. Sin embargo, Santiago deja claro aquí que podemos aprender a controlar, o al menos disminuir, el enojo que a veces podamos sentir. De hecho, negarnos a permitir que la ira nos controle es en sí mismo un acto de fe, ya que elegimos creer que el Padre es el que tiene el control, que nos ama y que es bueno.
En el siguiente versículo, Santiago nos deja clara la razón por la que es tan importante aprender a controlar nuestra ira.