¿Qué significa Santiago 1:14?
En el versículo anterior, Santiago nos dejó claro que Dios jamás nos tienta, y mucho menos para alejarnos de Él. Incluso cuando Dios permite que pasemos por dificultades a lo largo de nuestras vidas, jamás deberíamos de pensar que Dios tuvo la intención de provocarnos para que lo desobedeciéramos. Dios no tienta a nadie a hacer el mal. Más bien, pretende que esas dificultades se conviertan en oportunidades para acabar confiando más en Él.En realidad, sí es cierto que siempre existe la tentación de desesperarnos, especialmente cuando estamos pasando por momentos difíciles, y a veces sentimos el impulso de desobedecer a Dios, de serle infieles y de alejarnos de Él. ¿De dónde viene esa tentación? Aquí, Santiago nos revela la respuesta: ¡de nosotros mismos! En otras palabras, nuestros propios deseos son los que nos alejan de Dios en mitad de las dificultades, ya que tenemos la tendencia de pecar. Los cristianos hemos sido liberados de la esclavitud del pecado (lea Romanos 6), pero no hemos perdido por completo la tendencia a querer pecar, sino que sigue formando parte de nuestras vidas.
Santiago dice que debemos reconocer el deseo de pecar que todos llevamos dentro, y por eso necesitamos hacernos responsables de ello. Santiago quiere advertirnos que, en este lado de la eternidad, nuestro "viejo yo" (Efesios 4:22) está buscando una excusa para volver a ser un esclavo del pecado. A veces, usamos las dificultades por las que pasamos como excusa para desobedecer a Dios en lugar de confiar en Él de una manera más profunda.
En el versículo 15, Santiago nos revelará las consecuencias que vienen después de morder nuestro propio anzuelo cuando decidimos pecar y alejarnos de Dios.