¿Qué significa Mateo 21:35?
El dueño de un viñedo le alquiló su propiedad a unos arrendatarios. Esta habría sido una situación común en el Antiguo Cercano Oriente. Su acuerdo fue que ellos trabajarían en la viña y cuidarían de la propiedad y las plantas a cambio de que el dueño recibiera parte de la cosecha todos los años. Sin embargo, cuando el propietario envió a algunos de sus siervos a recoger su parte, los arrendatarios se negaron a dársela. En cambio, golpearon a uno de los siervos del dueño, mataron a otro y apedrearon a un tercero.El significado que hay detrás de la parábola de Jesús está claro, en parte, porque se parece mucho a Isaías 5:1–7. El dueño de la tierra es el Señor Dios. La viña es Israel. Los arrendatarios son los líderes de Israel, especialmente sus líderes religiosos. La descripción de Jesús del trato que le dieron a sus siervos evoca el trato que soportaron los profetas de Dios en la era del Antiguo Testamento (Mateo 23:37). Las personas que Dios envió a Israel para comunicarles Sus mensajes y decirles que fueran justos siempre acabaron siendo o perseguidos o asesinados por los gobernantes o los ciudadanos de Israel (Hechos 7:52).
Mateo 21:33–46 comienza con otra parábola de Jesús acerca de una viña. Esta involucra a unos arrendatarios que se negaron a pagarle al propietario la parte acordada de las cosechas. En cambio, maltrataron y mataron a los sirvientes que el dueño envió y luego mataron al hijo del dueño. Jesús compara a los líderes religiosos de Israel con estos inquilinos, diciendo que el reino de Dios no les pertenecería a ellos. Jesús se identifica a sí mismo en un salmo acerca de una piedra que los constructores rechazaron pero que al final el Señor la eligió para que se convirtiera en la piedra angular. Todos los que rechacen a Jesús se caerán sobre la piedra angular o se les caerá encima y los aplastará.
Jesús cumple una profecía de Zacarías sobre que el rey vendría a Jerusalén montado en un burro. El pueblo lo celebra y comienza a alabarlo sabiendo que él era el Mesías. Jesús expulsa a los comerciantes y cambistas del templo y sana a algunas personas. Jesús también maldice una higuera y les dice a los discípulos que nada les parecerá imposible si tienen fe. Jesús obliga a los líderes religiosos a darle una respuesta sobre Juan el Bautista que muestra claramente su cobardía e hipocresía. Luego, Jesús expone su espiritualidad fraudulenta con dos parábolas que tratan sobre dos viñedos. Jesús se aplica a sí mismo un salmo sobre una piedra que el mundo iba a rechazar, la cual el Señor finalmente decide convertir en la piedra angular.