Capítulo
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Verso

Hebreos 10:22

LBLA acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, teniendo nuestro corazón purificado de mala conciencia y nuestro cuerpo lavado con agua pura.
NBLA acerquémonos con corazón sincero (verdadero), en plena certidumbre de fe, teniendo nuestro corazón purificado de mala conciencia y nuestro cuerpo lavado con agua pura.
NVI Acerquémonos, pues, a Dios con corazón sincero y con la plena seguridad que da la fe, interiormente purificados de una conciencia culpable y exteriormente lavados con agua pura.
RV1960 acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura.
JBS lleguémonos con corazón verdadero, y con fe llena, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua limpia

¿Qué significa Hebreos 10:22?

Este pasaje acaba animando al lector, después de una larga explicación. El escritor de Hebreos ha completado su descripción de cómo el nuevo pacto es superior al antiguo. Esto fue respaldado por muchas Escrituras del Antiguo Testamento, así como por otros argumentos convincentes. Dado todo este apoyo, los cristianos tienen todas las razones para tener confianza y valentía a la hora de vivir su fe.

Al mismo tiempo, este conocimiento de Cristo debería inspirarnos a aprovechar al máximo los beneficios que se ofrecen a los que son salvos. Anteriormente, se señaló que el sacrificio de animales del antiguo pacto no podía cambiar a una persona desde dentro. Esa sangre era ceremonial, pero no limpiaba verdaderamente la conciencia. El sacrificio de animales solo nos recordaba que nuestro pecado permanecía allí (Hebreos 10:1–4). Bajo el nuevo pacto, los cristianos realmente pueden experimentar una liberación de culpa; y, para vivir la vida a la que somos llamados, debemos dejar de lado los sentimientos de culpa, ya que todos nuestros pecados son verdaderamente perdonados.

El antiguo pacto ponía un gran énfasis en la limpieza ceremonial. Los sacerdotes y otros adoradores tenían que seguir ciertos rituales de lavado para comunicarse con Dios (Éxodo 30:18–21). Aquí, el escritor de Hebreos nos da a entender que aunque seamos perdonados, debemos hacer nuestro propio esfuerzo para ser "lavados" cuando "nos acerquemos" a Dios. Esto es similar a la idea que se expresó en versículos como 1 Juan 1:9 y 1 Tesalonicenses 4:7–8: que debemos separarnos de las conductas y actitudes pecaminosas como resultado de haber comenzado a tener una relación con Dios (1 Juan 1:5– 10).
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