¿Qué significa Génesis 8:9?
En el versículo anterior, Noé envió una paloma desde el arca en una misión para buscar tierra seca. Si la paloma no regresaba, Noé asumiría que había encontrado tierra seca y comida para mantenerla ocupada. Sin embargo, la paloma regresó de la primera de sus tres misiones. Este versículo especifica que la paloma no encontró dónde aterrizar. Si bien las cimas de las montañas ya se podían ver (Génesis 8:5), esos picos aparentemente están bastante lejos o no eran aptos para albergar ningún tipo de vida. En este momento, la mayor parte de la tierra todavía estaba cubierta de agua. Los próximos versículos nos explicarán que la inundación estaba retrocediendo continuamente.Este versículo nos ayuda a discernir un poco sobre la relación que Noé tenía con los animales en el arca. Cuando la paloma regresa, Noé extiende su mano y la paloma hembra se posa en ella para entrar en el arca de nuevo. Quizás esto nos ayude a vislumbrar el tipo de "confianza" que Noé llegó a tener con los animales dentro del arca.
Génesis 8:1–19 describe el proceso que Dios comenzó para secar la tierra después del diluvio. Noé, su familia y los animales esperaron a que las aguas retrocedieran. Entonces, Noé comienza a usar aves para saber si había tierra seca cerca del arca. Cuando finalmente es el momento adecuado, un año después de que entraran en el arca, Dios les ordena a Noé, a su familia y a todos los animales que abandonen el arca. La misión que Dios les dio fue repoblar la tierra, multiplicarse y comenzar de nuevo.
Incluso cuando toda la vida en la tierra estaba siendo destruida, Dios no se olvidó de Noé y los animales, y finalmente detuvo el diluvio, el cual fluía desde el cielo hasta la tierra y viceversa. Dios también hace que sople un gran viento que comienza a secar la tierra. El arca se posa sobre las montañas de Ararat. Allí, sus ocupantes esperaron a que bajara el agua de la inundación. Después de un año completo a bordo, Noé, su familia y los animales finalmente desembarcaron. Noé construyó un altar para adorar a Dios y le ofreció sacrificios de animales. Dios se comprometió tanto a no maldecir nunca más la tierra tal y como lo hizo a través del diluvio, como a no destruir toda la vida en la tierra ni una vez más.