¿Qué significa 1 Timoteo 1:20?
Pablo nos ofrece aquí dos ejemplos de personas que "naufragaron" en su fe: Himeneo y Alejandro. Según el versículo anterior, estos hombres no se limitaron a alejarse de la fe, sino que eligieron deliberadamente rechazar una buena conciencia, lo que provocó que sus vidas espirituales se acabaran destruyendo. Basándonos en otros comentarios del Nuevo Testamento, se podría dudar sobre si estos hombres fueron creyentes de verdad o no.Pablo también menciona a Himeneo en 2 Timoteo 2:16–18: "pero evita las palabrerías vanas y profanas, porque más y más conducen a la impiedad y su palabra carcome como gangrena; entre esa gente están Himeneo y Fileto, que se desviaron de la verdad al decir que la resurrección ya se efectuó, con lo que trastornan la fe de algunos". Himeneo y Fileto se habían desviado de la verdad y estaban diciendo que la resurrección ya había sucedido, y al mismo tiempo estaban angustiando a los creyentes con sus falsas enseñanzas y la manera impura en la que vivían sus vidas.
Alejandro era un nombre común de la época; de hecho, en el Nuevo Testamento hay varias personas que tienen ese nombre. En Hechos 19:33–34, Lucas dice que había un judío en Éfeso llamado Alejandro. En realidad, no está claro si se trata del mismo hombre al que se refiere Pablo. Sin embargo, 2 Timoteo 4:14–15 parece indicarnos que se trata de la misma persona a la que se hace referencia aquí: "Alejandro, el calderero, me ha causado mucho daño; que el Señor le pague conforme a sus hechos. Cuídate también tú de él, pues se ha opuesto mucho a nuestras palabras".
Tanto Himeneo como Alejandro se opusieron a los creyentes y a las enseñanzas cristianas. Pablo se los había "entregado a Satanás", es decir, se había mantenido alejado de ellos para que Dios se ocupara de ellos. Con esto, Pablo no quería castigarlos, sino que quería inspirarlos a que se arrepintieran y se reconciliaran con Dios (como en 2 Tesalonicenses 3:14–15).