¿Qué significa Romanos 9:22?
Este es un versículo difícil por dos razones: el tema del que habla y también porque obliga a los eruditos a tomar decisiones de traducción que intentan adaptar el texto al español. En el versículo anterior, Pablo argumentó que Dios puede hacer lo que quiera con cualquier ser humano. Pablo señaló que un alfarero podría tomar el mismo trozo de arcilla y hacer recipientes para propósitos "honorables" o para propósitos "deshonrosos". Lo que se estaba implicando era que Dios tiene todo el derecho de hacer lo mismo con las personas, a quienes creó con más autoridad que la de un alfarero cuando moldea la arcilla.Ahora Pablo hace una pregunta sobre las acciones de Dios hacia los vasos preparados para la destrucción. ¿Qué pasa si Dios desea mostrar Su ira y poder hacia ellos, pero en su lugar ha soportado a estos vasos pacientemente? (La razón se describe en el siguiente versículo).
Parece que, con estos "vasos", Pablo se está refiriendo a todos aquellos que no recibirán la misericordia de Dios. Estos son los que, en cambio, serán separados de Dios para siempre en el infierno. Estos vasos, estas personas, son objeto de la ira de Dios. Esta es un área en la que la teología y la doctrina comienzan a tener diferentes puntos de vista sobre lo que Pablo quiere decir. ¿Está Dios soportando pacientemente a estas personas hasta que llegue el momento de su destrucción? ¿O está Dios soportando pacientemente para hacer tiempo para que algunos se arrepientan y se revelen como los "vasos de misericordia" descritos en el siguiente versículo? Los maestros de la Biblia no están de acuerdo acerca de la traducción, y tampoco sobre las creencias doctrinales.
Es interesante notar que, en Efesios 2, Pablo se refiere a sí mismo como si hubiera sido previamente un hijo de la ira: "…todos nosotros también vivimos en otro tiempo. Seguíamos los deseos de nuestra naturaleza humana y hacíamos lo que nuestra naturaleza y nuestros pensamientos nos llevaban a hacer. Éramos por naturaleza objetos de ira, como los demás. Pero Dios, cuya misericordia es abundante, por el gran amor con que nos amó, nos dio vida junto con Cristo, aun cuando estábamos muertos en nuestros pecados (la gracia de Dios los ha salvado)" (Efesios 2:3–5). Algunos toman eso, junto con versículos como 2 Pedro 3:9, como evidencia de la idea de que la "paciencia" de Dios tiene como objetivo darles más tiempo a los no creyentes, para que un día algunos de ellos y ellas puedan arrepentirse.
En cualquier caso, Pablo parece estar destacando dos cosas importantes: primero, Dios es el Creador, y tiene el derecho de crear personas para que sirvan a Sus propios propósitos. En segundo lugar, Dios soporta con gran paciencia incluso a aquellas personas que están destinadas a la destrucción. En los siguientes versículos, Pablo explica cómo Dios les revela las riquezas de Su gloria a todos aquellos a quienes Él llama para estar en Cristo.
Romanos 9:19–29 trata sobre la cuestión de si la decisión soberana de Dios de bendecir a algunos, y no a otros, es "justa", en la forma en que solemos usar ese término. El argumento esencial de Pablo es que Dios es Dios y, como Creador, tiene el derecho de hacer lo que quiera con Su propia creación. Un alfarero puede elegir cómo usar la arcilla, y esa arcilla no tiene motivos para quejarse de que fuera elegida para cumplir un propósito u otro. De la misma manera, Dios tiene el derecho absoluto de elegir a quién salvará. Pablo usa citas de Oseas e Isaías para mostrar que esta soberanía se extiende también sobre el plan de Dios, el cual incluye a los gentiles dentro de Su plan de salvación.
Romanos 9 comienza con Pablo describiendo la angustia que siente por su pueblo, Israel, debido a que rechazaron a Cristo. Después de describir todos los privilegios que Dios le había dado al pueblo judío como nación, Pablo insiste en que Dios cumplirá esas promesas. Sin embargo, Pablo dice que no todas las personas que nacieron en Israel pertenecen a Israel. Dios se reserva el derecho de mostrarles misericordia a unos y no a otros, tal y como Pablo lo demuestra en las Escrituras. Dios es como un alfarero que crea vasos para ser destruidos y otros para ser glorificados. Dios ha llamado a su pueblo, tanto a los gentiles como a los judíos, a tener fe en Cristo, quien es la piedra de tropiezo.