Capítulo
Verso

Mateo 7:3

LBLA ¿Y por qué miras la mota que está en el ojo de tu hermano, y no te das cuenta de la viga que está en tu propio ojo ?
NBLA ¿Por qué miras la mota que está en el ojo de tu hermano, y no te das cuenta de la viga que está en tu propio ojo?
NVI »¿Por qué te fijas en la astilla que tiene tu hermano en el ojo, y no le das importancia a la viga que está en el tuyo?
RV1960 ¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo?
JBS Y ¿por qué miras la mota que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu ojo?

¿Qué significa Mateo 7:3?

Los versículos anteriores contenían una declaración que normalmente se saca fuera de contexto. Jesús les ha ordenado a Sus seguidores que "no juzguen" (Mateo 7:1), pero inmediatamente comenzó a explicar lo que esto realmente significa (Mateo 7:2). En resumen, lo que Cristo condena es la crítica superficial, hipócrita o egoísta de los demás. Cristo tiene claro que dentro de un "juicio justo" (Juan 7:24) se incluye el hecho de distinguir entre el bien y el mal (Mateo 7:15–18). Juzgar a los demás como si nosotros mismos fuéramos el estándar de moralidad al que ellos deben aferrarse es algo horrible.

Dios no les da a los seres humanos la autoridad para juzgar la justicia de los demás usando nuestras propias preferencias como si estas pudieran ser el estándar que deberíamos seguir. De hecho, nadie es bueno, por lo que no debemos juzgar a los demás, ya que nosotros también somos pecadores.

Jesús nos muestra en este versículo que a menudo nos volvemos ciegos a la hora de analizar nuestros propios pecados, lo que hace que juzgar a los demás sea algo aún más difícil y casi impensable. Jesús usa una hipérbole (una figura retórica que consiste en exagerar algo para dejar clara una idea) para preguntar la razón por la que somos tan hábiles a la hora de ver la paja en el ojo de un hermano y al mismo tiempo somos incapaces de notar la viga que hay en el nuestro. De hecho, parece que los seres humanos tienen la capacidad de reconocer la más pequeña de las infracciones pecaminosas en la vida de los demás mientras que ellos y ellas mismas continúan pecando sin darse cuenta de ello. Esta es la naturaleza humana, y esa es la razón por la que Dios le prohíbe a Su pueblo convertirse en el juez de sus hermanos y hermanas, un trabajo que solo le pertenece a Él.

Sin embargo, es crucial darse cuenta de lo que Jesús dice en el versículo 5. Una vez que la "viga" ya no está en nuestro ojo, se nos dice que les ayudemos a los demás a quitarse la paja que hay en sus ojos. La diferencia aquí está en que, al ayudar a nuestro hermano o hermana de esta manera, ya no estamos tratando de ser sus jueces, sino que estamos reconociendo la realidad del pecado, sometiéndonos a Él y sirviendo a nuestros hermanos ayudándolos a superarlo. Asimismo, esas "pajas" y "vigas" son verdaderamente pecaminosas; la idea aquí no es que debamos aceptar todo lo que los demás hagan, sino que debemos acercarnos al pecado con humildad y gracia, no con arrogancia.
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