¿Qué significa Mateo 7:19?
Jesús les advierte a Sus oyentes, seguidores y discípulos que tengan cuidado con los falsos profetas. El término "falso profeta" se le aplica a cualquiera que afirme hablar en nombre de Dios, cuando en realidad eso no es verdad. Las advertencias que se nos dan contra los falsos profetas también se le aplican, en términos generales, a cualquiera que promueva afirmaciones espirituales engañosas o tergiversadas. Jesús les está advirtiendo, en parte—y ciertamente a Su audiencia original—contra las enseñanzas de los fariseos y otros líderes religiosos de Israel (Mateo 5:20). Ellos son los que conducían a sus seguidores por el camino ancho que lleva hacia la destrucción. El camino de Jesús es más difícil, pero conduce hacia la vida (Mateo 7:13–14).Ahora Jesús se hace eco directamente de lo que le dijo Juan el Bautista a un grupo de líderes religiosos, fariseos y saduceos, que fueron a verlo al desierto. Después de llamarlos "generación de víboras", Juan les dijo que produjeran "fruto digno de arrepentimiento". Luego les advirtió que: "el hacha ya está lista para derribar de raíz a los árboles; por tanto, todo árbol que no dé buen fruto será cortado y echado en el fuego" (Mateo 3:7–10).
Los árboles malos, ha dicho Jesús, dan malos frutos. Para lo único que sirven es para convertirse en combustible para el fuego. Al mencionar el fuego, Jesús está hablando de los fuegos eternos del infierno y la eterna separación de Dios. Los falsos profetas y líderes religiosos que no viven lo que enseñan y conducen a otros en la dirección equivocada son como árboles que están enfermos: esos árboles al final se echarán al fuego (Juan 15:1–6).
Mateo 7:15–23 contiene una doble advertencia sobre los falsos creyentes. Un líder religioso puede parecernos ser una persona respetable y sabia, pero debemos mirar el fruto de su vida para saber si realmente representa a Dios. De la misma manera, es posible que una persona afirme seguir a Jesús, refiriéndose a él como "Señor", y al mismo tiempo no ser un verdadero creyente. Por lo tanto, solo aquellos que hacen la voluntad del Padre serán admitidos en el reino de los cielos, lo cual Jesús dice que comienza con una creencia verdadera (Juan 6:28–29). Nuestras buenas obras pueden engañar a otras personas e incluso pueden engañarnos nosotros mismos, pero no pueden engañar a Dios.
Mateo 7 es el último capítulo del Sermón del Monte. Jesús les ordena a Sus oyentes que no enjuicien a la gente de manera superficial, y que no sean hipócritas. Jesús describe a Dios como un Padre generoso que está deseoso de darles cosas buenas a Sus hijos cuando se las piden. Jesús les ordena a Sus seguidores que entren por la puerta estrecha y caminen por el camino difícil que les conducirá hacia la vida. Los falsos profetas pueden ser reconocidos por su fruto, es decir, por sus acciones y las cosas que eligen hacer. Al mismo tiempo, las buenas obras no son una prueba absoluta de que alguien pudiera tener una fe verdadera. Finalmente, vivir siguiendo las enseñanzas de Jesús es como construir la casa de su vida sobre una base sólida de piedra, en lugar de hacerlo sobre la arena.