¿Qué significa Marcos 12:32?
Los líderes religiosos y civiles judíos han pasado varios días tratando de atrapar a Jesús para que haga algo que puedan usar para matarlo (Marcos 12:12). Su última opción es enviar a un escriba, un experto en la Ley, para preguntarle a Jesús cuál es la principal ley dentro de la ley mosaica. Jesús le da una respuesta de tres partes: conocer a Dios, amar a Dios y amar a los demás. El escriba comienza donde lo hace Jesús: saber y comprender que Dios es uno. El añadido de que "no hay otro fuera de él" es ciertamente consistente con la afirmación de la unidad de Dios y proviene de Deuteronomio 4:35.El paralelismo es un tipo de figura retórica que repite ideas en lugar de sonidos y es muy popular en la literatura judía. El paralelismo en Oseas 6:6 muestra cómo esta primera línea del Shemá encaja con el llamado a amar a Dios y a los demás: "lo que yo quiero es misericordia, y no sacrificio; ¡conocimiento de Dios, más que holocaustos!"
La base del amor es conocer a Dios, comprender, aceptar y vivir del conocimiento que afirma que él es Dios y no hay otro.
En la mayoría de los altercados de Jesús con los fariseos y los escribas, los argumentos son más personales. En especial, se centran en cómo estos dos grupos añadieron leyes a la ley mosaica de maneras que Dios nunca pretendió que se hicieran, y cómo la gente consideraba que estas leyes eran imposibles de seguir (Mateo 23:4). El resultado de estos altercados suele ser que los escribas y los fariseos desean matar a Jesús (Marcos 3:6; 11:18). En este debate más filosófico, el escriba reconoce públicamente la sabia respuesta de Jesús. Incluso, respetuosamente, lo llama "maestro".
Marcos 12:28–34 ocurre durante la última semana antes de la crucifixión. Jesús pasa tiempo en el patio del templo, enseñándole a la gente y debatiendo con los líderes civiles y religiosos judíos. Intrigado por cómo Jesús le demuestra la resurrección de los muertos a un grupo de saduceos (Marcos 12:18–26), un escriba de los fariseos (Mateo 22:34–35) le pregunta a Jesús sobre el mayor mandamiento de la ley mosaica. La idea central de la respuesta de Jesús es amar a Dios y amar a los demás. Sin embargo, Jesús comienza con el principio de la oración Shemá: "reconozca que Dios es su Dios y que él es uno". Esta historia también se encuentra en Mateo 22:34–40.
Jesús enseña varias lecciones en este capítulo. Jesús habla sobre la eventual destrucción del judaísmo tradicional, la relación que debe existir entre los deberes seculares y los sagrados, la naturaleza de la resurrección y el mandamiento más importante de Dios. Jesús habla sobre declaraciones mesiánicas en el Antiguo Testamento, y también condena la superficialidad de los escribas, quienes buscan su propia gloria. Jesús, más tarde, ensalza las virtudes de tener una generosidad sincera, una que está basada en la fe.