¿Qué significa 1 Pedro 2:11?
¿Cómo debe vivir el pueblo de Dios? ¿Cómo deben vivir día a día en este lado de la eternidad las personas que le pertenecen a Cristo, el linaje escogido, el real sacerdocio, la nación santa (1 Pedro 2:9)? Pedro responde esa pregunta en este versículo y al mismo tiempo nos revela dos verdades cruciales sobre lo que significa vivir una vida cristiana.Primero, Pedro dice que sus hermanos (y lectores) son extranjeros y peregrinos. Pedro quería que dejaran de pensar en sí mismos como si fueran ciudadanos de este mundo. Dios transforma a los cristianos de tal manera que nuestra ciudad natal ya no es la misma. Lo que antes era normal para nosotros ahora nos resulta extraño, y ya no encajamos naturalmente en la manera de vivir del mundo que nos rodea. Por tanto, no tiene sentido querer adaptarse, ya que pronto regresaremos a casa.
Sin embargo, Pedro admite que esto nos puede resultar difícil. Nuestro cuerpo quiere pecar de la manera que lo quiere hacer el resto de los seres humanos, las mismas personas que consideran que este mundo es su casa. Pedro nos ha dejado en claro que Cristo nos ha salvado del castigo que merecíamos recibir por nuestros pecados, y también hemos sido liberados de la autoridad del pecado. Por tanto, tenemos la capacidad de elegir no pecar más gracias al poder del Espíritu Santo de Dios.
En otras palabras, la voluntad de pecar sigue intacta en nuestros corazones. Aun conociendo su poder destructivo, el "querer" pecar continúa atacando nuestra alma. Pedro no está diciendo que corremos el riesgo de perder la salvación que Dios nos ha permitido recibir, sino que está diciendo que estamos inmersos en una batalla en la que debemos tomar las decisiones apropiadas de acuerdo con la realidad de lo que ya somos, el pueblo de Dios. Esa es la razón por la que Pedro nos pide luchar y no ceder ante el pecado. Debido a que hemos recibido la salvación y Cristo nos ha santificado, debemos negar nuestro deseo de pecar en todo momento, y tanto como nos sea posible.