¿Qué significa Romanos 12:5?
Pablo está describiendo cómo los cristianos a quienes Dios les ha mostrado misericordia, es decir, todos los creyentes salvos, deben vivir ahora. ¿Qué tipo de vida tiene sentido? El versículo anterior describía un cuerpo humano. Un cuerpo es solo una persona, pero tiene muchas partes diferentes que cumplen funciones diferentes.Ahora Pablo dice que nosotros, como grupo colectivo de cristianos, también somos una especie de cuerpo. Somos el cuerpo de Cristo en la tierra, a menudo llamado "la iglesia"; somos una conglomeración de innumerables partes en muchos lugares diferentes con trabajos muy diferentes, pero juntos somos, por analogía, un "ser" unificado, una entidad única con un propósito único.
Pablo dice algo más sobre nosotros como parte del cuerpo de Cristo: ninguno de nosotros puede existir fuera del cuerpo. En otras palabras, es prácticamente imposible ser cristiano y no pertenecer al cuerpo de Cristo. Todos somos miembros de un solo cuerpo, y estamos conectados entre sí con el propósito de servirnos los unos a los otros. Esto es lo que Dios quiere hacer con nosotros en este lado de la eternidad.
Romanos 12:3–8 describe la primera responsabilidad de todo cristiano como sacrificio vivo que adora al Señor. La iglesia es como un cuerpo: el cuerpo de Cristo. Cada cristiano tiene un papel que desempeñar utilizando los dones espirituales específicos que Dios nos ha dado. Estos dones de gracia brindan todo el poder y la habilidad que necesitamos para servirnos los unos a los otros, a través de los talentos de servicio, enseñanza, exhortación, misericordia o cualquier otro talento que Dios nos haya dado.
En Romanos 12, Pablo describe la adoración de nuestro Dios como un sacrificio vivo para nuestro Dios, renunciando a buscar lo que queremos de la vida y aprendiendo a conocer y servir los propósitos de Dios. Esto se puede hacer a través del uso de nuestros dones espirituales para servirnos los unos a los otros en la iglesia. La lista de mandamientos de Pablo describe un estilo de vida en el que ponemos a los demás por delante de nosotros. Nuestro objetivo como cristianos es amarnos y elevarnos los unos a los otros. Debemos enfocar nuestra expectativa en la eternidad y esperar con paciencia y oración para que nuestro Padre nos ayude y nos de lo que necesitamos. Por lo tanto, debemos negarnos a dejarnos llevar por el mal, y debemos ofrecerle nuestra bondad a aquellos que nos quieren hacer daño.