¿Qué significa Romanos 12:19?
Pablo acaba de decir que los cristianos no deben vengarse de aquellos que los tratan mal primero (Romanos 12:17). Ahora Pablo expande esa idea aún más para dejarla aún más clara. A los que siguen a Cristo se les ordena que nunca se venguen, que nunca "paguen con la misma moneda" a los demás. Aunque el dolor provenga de nuestros hermanos en la fe o de los incrédulos, la venganza simplemente no es una opción legítima para nosotros.Pablo nos da una razón para esto y es una razón un poco sorprendente. Después de todas las demás instrucciones sobre cómo sacrificarnos por el bien de los demás, podríamos esperar algo similar. En cambio, Pablo dice que debemos negarnos a vengarnos porque Dios es mucho mejor que nosotros al hacerlo. En cierto sentido, Pablo nos da a entender que tomar la venganza por nuestra propia mano puede "restarle importancia" a la oportunidad que Dios tiene para vengarse Él mismo, y así demostrarles Su ira a todos aquellos que maltratan de cualquier manera a los demás.
Pablo cita Deuteronomio 32:35 para mostrar que Dios siempre ha declarado Su intención de vengarse de aquellos que les hacen daño a los demás. Nuestro deseo de obtener justicia, tanto para nosotros como para los que nos importan, es algo normal. Pablo simplemente quiere que confiemos en el momento y el poder de Dios para impartir justicia como Él lo crea conveniente.
¿Cómo debemos responder a esta idea? Por un lado, podríamos estar preocupados de que Dios les acabe mostrando misericordia a aquellos que nos hacen daño en lugar de darles lo que se merecen. Aunque, al mismo tiempo, Dios nos ha mostrado una gran misericordia a nosotros mismos también. ¿No es eso lo que hace Dios? La verdad es que Dios hace justicia por cada pecado, incluido el nuestro. Para aquellos que estamos en Cristo, la ira de Dios cayó sobre Jesús en la cruz en nuestro lugar. Por lo tanto, Cristo ya sufrió por todos esos pecados. Jesús sufrió lo que nosotros mismos nos merecíamos sufrir. Aquellos que se niegan a aceptar el hecho de que Jesús murió por ellos mismos para perdonar sus pecados sufrirán las consecuencias de ese pecado por la eternidad.
Con ese castigo en mente, tal vez esto nos haga pensárnoslo dos veces a la hora de querer que Dios se vengue de aquellos que nos maltratan… o tal vez no. En cualquier caso, Dios nos dice lo siguiente: "confíe en Mí para encargarme de la venganza y la justicia, ya que Yo soy quien se las impartiré a aquellos que lo maltraten; esa es la razón por la que no debe hacerlo usted mismo".
Romanos 12:9–21 es una numerosa lista de mandatos breves. Tomados en conjunto, nos pueden dar una idea sobre cómo debería ser la vida cristiana y cómo deberíamos actuar mientras se nos considera sacrificios vivos. El tema unificador de la lista es dejar nuestro ego a un lado para amar y servirle al Señor de manera efectiva, sirviéndonos los unos a los otros e incluso sirviéndoles a nuestros enemigos. Debemos servir con entusiasmo y concentración, dominando nuestras emociones para regocijarnos en nuestro futuro y ser pacientes en nuestro presente. Debemos evitar ponernos al nivel del mal y vengarnos de nuestros enemigos y, en cambio, debemos vencer el mal sirviéndoles y amándolos.
En Romanos 12, Pablo describe la adoración de nuestro Dios como un sacrificio vivo para nuestro Dios, renunciando a buscar lo que queremos de la vida y aprendiendo a conocer y servir los propósitos de Dios. Esto se puede hacer a través del uso de nuestros dones espirituales para servirnos los unos a los otros en la iglesia. La lista de mandamientos de Pablo describe un estilo de vida en el que ponemos a los demás por delante de nosotros. Nuestro objetivo como cristianos es amarnos y elevarnos los unos a los otros. Debemos enfocar nuestra expectativa en la eternidad y esperar con paciencia y oración para que nuestro Padre nos ayude y nos de lo que necesitamos. Por lo tanto, debemos negarnos a dejarnos llevar por el mal, y debemos ofrecerle nuestra bondad a aquellos que nos quieren hacer daño.