Marcos 10:52

LBLA Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha sanado. Y al instante recobró la vista, y le seguía por el camino.
NBLA “Vete, tu fe te ha sanado,” le dijo Jesús. Al instante el ciego recobró la vista, y Lo seguía por el camino.
NVI ?Puedes irte —le dijo Jesús—; tu fe te ha sanado. Al momento recobró la vista y empezó a seguir a Jesús por el camino.
RV1960 Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha salvado. Y en seguida recobró la vista, y seguía a Jesús en el camino.
JBS Y Jesús le dijo: Ve, tu fe te ha salvado. Y luego recibió la vista, y seguía a Jesús en el camino.

¿Qué significa Marcos 10:52?

Cuando Jesús dice que la fe de alguien lo ha sanado (Marcos 5:34; Lucas 17:19; 18:42), no quiere decir que nuestra convicción insistente de alguna manera anima a Dios a hacer lo que queramos. En realidad, no podemos atosigar a Dios para que cumpla nuestros deseos, como si de un niño mimado que cansa a un padre se tratara. De alguna manera, nuestra fe le da la bienvenida a la obra de Jesús en nuestras vidas. Lo contrario también es cierto. Cuando Jesús fue a Su ciudad natal de Nazaret, la gente rechazó Su autoridad y Su poder. "Y Jesús no pudo realizar allí ningún milagro, a no ser sanar a unos pocos enfermos y poner sobre ellos las manos" (Marcos 6:5). De hecho, la gente trató de tirarlo por un precipicio (Lucas 4:29).

Jesús le dice a Bartimeo "vete", pero una vez que recupera la vista, Bartimeo sigue a Jesús. En realidad, no se nos dice si finalmente se convirtió en un discípulo de Jesús o si se dirigió al templo para ofrecer una ofrenda de paz en agradecimiento por la obra de Dios (Levítico 7:11–21). Marcos de hecho registra su nombre; vea Marcos 5:22 para ver el otro momento en el que Marcos hace algo similar. Los eruditos creen que esto podría deberse a que Bartimeo se convirtió en una figura conocida en la iglesia. Si es así, la aceptación de este mendigo ciego sobre el joven rico (Marcos 10:21–22) debió confundir a los discípulos, incluso cuando les hizo ver la verdad de que solo aquellos que admiten que son "pobres de espíritu" llegarán a tener la humildad de seguir a Jesús.

Cuando Jesús obra en nuestras vidas, no suele ser algo inmediato. A menudo es un trabajo doloroso a través de desafíos y pruebas que Dios usa para preparar nuestros corazones y centrar nuestra atención exclusivamente en él. Bartimeo no necesita tal proceso, tiene fe y está listo; no le importa lo que piensen los demás; solo quiere a Jesús. La fe sencilla e infantil de los más débiles honra a un Dios que nos ama continuamente.
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Resumen de contexto
Marcos 10:46–52 nos describe a Jesús viajando por Jericó de camino a Jerusalén y a la cruz. Durante el camino, un ciego paró a Jesús y le pidió que lo curara. El primer relato de Jesús curando a un ciego viene inmediatamente después de que Jesús acusara a los discípulos de sufrir ceguera espiritual (Marcos 8:14–26). El último de los milagros de curación de Jesús que aparece en Marcos viene justo después de que Jacobo y Juan le pidieran a Jesús recibir posiciones de poder en Su reino, lo cual también demostró en gran parte su ceguera espiritual. Lucas 18:35–43 registra un evento similar, posiblemente el mismo; Mateo 20:29–34 menciona que Bartimeo tenía un amigo que también fue curado.
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Resumen del capítulo
En este pasaje, Jesús vuelve a confrontar a los fariseos al aclarar los puntos de vista de Dios sobre el matrimonio y el divorcio. Les recuerda a los discípulos que no descarten la perspectiva espiritual de los niños. Este capítulo también registra el encuentro de Jesús con el joven rico, quien se convierte en una lección práctica de por qué la riqueza dificulta que la gente confíe en Dios. Después de esto, Jesús hábilmente deja a un lado una petición arrogante de Jacobo y Juan, y nuevamente predice Su inminente muerte. Justo antes de la entrada triunfal del capítulo 11, Bartimeo busca a Jesús, y Jesús finalmente lo cura de su ceguera.
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