¿Qué significa Marcos 10:27?
Este es el corazón del evangelio. Después de la hipérbole de Marcos 9:42–48 y las expectativas extremas de Mateo 5:17–48, Jesús explica que es imposible que heredemos la vida eterna por nuestra cuenta. Por lo tanto, solo Dios puede salvarnos. Pablo explica esto con mayor claridad: "ciertamente la gracia de Dios los ha salvado por medio de la fe. ésta no nació de ustedes, sino que es un don de Dios; ni es resultado de las obras, para que nadie se vanaglorie" (Efesios 2:8–9).Jesús no está introduciendo una nueva forma de salvación. Hebreos 11:1–2 dice: "ahora bien, tener fe es estar seguro de lo que se espera; es estar convencido de lo que no se ve. Gracias a ella, nuestros antepasados fueron reconocidos y aprobados". El pasaje luego ofrece una lista de personas del Antiguo Testamento que fueron salvadas por medio de la fe. Esa lista no comenzaba con Moisés o alguien más que hubiera recibido la ley. Más bien, comenzaba con Abel, quien pertenecía a la segunda generación de personas en la tierra. Todo el que es, ha sido o será salvo, siempre será salvo por gracia mediante la fe.
Debido a que somos egoístas y arrogantes, la humanidad todavía lucha por aceptar esta idea. Jesús dice que es difícil para los ricos confiar en Dios para la salvación. Por el contrario, hay varios casos en la Biblia en los que algunos criminales despreciados llegan a tener fe. Leví, el recaudador de impuestos, se convierte en uno de los discípulos de Jesús (Marcos 2:13–17). Zaqueo engañaba a aquellos de quienes recaudaba impuestos, pero felizmente acabó devolviéndoles todo después de su conversión (Lucas 19: 1–10). El ladrón que fue crucificado junto a Jesús reconoce y acepta su estado de impotencia (Lucas 23:39–43); y Pablo, que perseguía a la iglesia, acaba ofreciendo toda su vida para difundir el evangelio entre los gentiles (Hechos 8:1–3).
La salvación no se limita a aquellos que crecieron en la iglesia, asistieron a la escuela dominical y trataron de ser buenas personas. A veces es fácil, y muy común, descartar a ciertas personas como si estuvieran "demasiado lejos" o "más allá de la esperanza". Sin embargo, Dios también les ofrece gracia a las personas más viles: los traficantes y violadores, terroristas y dictadores. Cuando se trata de la salvación, no hay diferencia entre la persona "buena" y el criminal (Santiago 2:10). Cualquiera que llegue a la fe en Cristo puede ser perdonado y salvo. Jesús no vino a llamar a los justos, sino a los pecadores (Marcos 2:17).
Marcos 10:17–31 comienza cuando Jesús está tratando de enseñarles a los discípulos que el reino de Dios valora a los indefensos (Marcos 9:36–37), a los fieles (Marcos 9:38–41), a las mujeres (Marcos 10:1–12) y a los niños (Marcos 10:13–16). Los discípulos, quizás, están distraídos por las muchas personas que quieren arrestar o matar a Jesús (Juan 7:32–52; 8:58–59; 10:22–39; 11:45–54; Lucas 13:31). Un joven rico le pregunta a Jesús acerca de la vida eterna y recibe una respuesta inesperada a cambio, y su respuesta a la respuesta de Jesús muestra que su interés en Dios está limitado por una cosa: su dinero. A lo largo de toda la historia, se ha asumido que la riqueza sugiere el favor de Dios, pero Jesús revela que aquellos a quienes Dios bendice a menudo valoran los regalos más que al Dios que se los está dando. Esta historia también se encuentra en Mateo 19:16–30 y Lucas 18:18–30.
En este pasaje, Jesús vuelve a confrontar a los fariseos al aclarar los puntos de vista de Dios sobre el matrimonio y el divorcio. Les recuerda a los discípulos que no descarten la perspectiva espiritual de los niños. Este capítulo también registra el encuentro de Jesús con el joven rico, quien se convierte en una lección práctica de por qué la riqueza dificulta que la gente confíe en Dios. Después de esto, Jesús hábilmente deja a un lado una petición arrogante de Jacobo y Juan, y nuevamente predice Su inminente muerte. Justo antes de la entrada triunfal del capítulo 11, Bartimeo busca a Jesús, y Jesús finalmente lo cura de su ceguera.