¿Qué significa Santiago 4:9?
Santiago continúa describiendo el proceso de arrepentimiento por el que debemos pasar para alejarnos del estilo de vida del mundo que intenta convencernos de que debemos hacer todo lo posible para conseguir lo que queremos. Hasta ahora, Santiago ha dicho que nos sometamos a Dios y que nos resistamos ante los ataques del diablo. Debemos acercarnos a Dios, con la confianza de que Dios, en Su gracia, se acercará a nosotros. Debemos limpiar nuestras manos y corazones del pecado y la actitud de querer servirnos a nosotros mismos y a Dios al mismo tiempo.En este versículo, Santiago nos pide que respondamos con emoción ante el hecho de que hemos pecado. Santiago quiere que nos lamentemos, incluso que nos pongamos tristes y que dejemos de lado nuestra supuesta alegría. Santiago no nos está pidiendo que siempre estemos tristes, ya que el mundo debe distinguir a los cristianos del resto del mundo debido a la alegría y a la paz que tienen en el Espíritu. De hecho, ¡el mismo Santiago abrió esta carta pidiéndoles a los creyentes que se consideraran dichosos ante las dificultades (Santiago 1:2)!
En realidad, lo que Santiago está diciendo es que pasemos por una temporada de arrepentimiento cuando reconozcamos que estamos pecando. Los verdaderos creyentes, las personas que afirman creer en Dios y que han recibido el regalo de la salvación que nos ofrece a través de Su gracia y la fe en Cristo, deberían sentir vergüenza y tristeza por sus pecados, al menos por un tiempo. Si hemos estado viviendo con el único fin de servirnos a nosotros mismos, el hecho de darnos cuenta de esto debería entristecernos. Deberíamos sentirnos motivados a lamentarnos por las horas, los días y los años que hemos perdidos en busca de estas cosas inútiles que en realidad no sirven para nada.
Por tanto, no debemos pensar que todo está bien y olvidarnos de todo, ya que en realidad estamos viviendo en rebeldía e intentando engañar a Dios, lo que significa que nos convertimos en Sus enemigos por un tiempo mientras nos hicimos amigos del mundo. Esa es la razón por la que las lágrimas son una respuesta apropiada y necesaria si el arrepentimiento es genuino, como lo es el hecho de sentir alegría después de recibir la gracia y el perdón de Dios una vez más. Esta temporada de duelo no pretende ser un estilo de vida o un patrón, sino parte de un proceso de santificación que nos hace acercarnos más y más a Dios.