¿Qué significa Santiago 4:2?
Santiago continúa diciéndoles a sus lectores cristianos que estaban viviendo de acuerdo con la sabiduría del mundo, y no confiaban en que Dios siempre les daría lo que necesitaban mientras ellos se dedicaban a servir a los demás.Los lectores de Santiago estaban siendo impulsados por una envidia amarga que les hacía centrarse en conseguir lo que querían de una manera egoísta, y por eso se estaban peleando y matándose entre sí. En realidad, Santiago no está acusándolos de haber matado a alguien o haber causado un caos en la congregación, sino que Santiago está hablando de los efectos que produce la "supuesta" sabiduría del mundo. En realidad, no sabemos qué tipo de problemas estaban teniendo y hasta qué punto habían llegado. ¿Quizás alguien había sido asesinado, o Santiago solo estaba comparando el odio con el asesinato? Quizás, pero independientemente de la gravedad del pecado que se estuviera cometiendo, está claro que estas personas religiosas no estaban siguiendo a Dios de todo corazón.
Santiago dice que, básicamente, el problema era que estaban respondiendo mal ante la realidad de que no podían tener todo lo que deseaban tener. En el momento en el que nos damos cuenta de que lo que queremos todavía está fuera de nuestro alcance, siempre tenemos una opción. La sabiduría del mundo nos dice que lo sacrifiquemos todo para conseguirlo, incluido el bienestar de los demás. El mundo nos dirá que luchemos, y que les hagamos daño a las personas si fuera necesario. Impulsados por la envidia por lo que querían, los lectores de Santiago se sentían frustrados porque no habían conseguido nada, y por eso se estaban peleando.
Santiago identifica aquí la raíz del problema: estos creyentes se negaron a confiar en que Dios les daría todo lo que necesitaban, e incluso se negaron a pedirle a Dios lo que querían. Después de todo, Dios podría haberles dicho que no, y no estaban dispuestos a aceptar el hecho de que, si Dios no les daba lo que le estaban pidiendo, entonces eso querría decir que en realidad no lo necesitaban. De hecho, incluso estaban dispuestos a hacerles daño a los demás para conseguir lo que querían.