¿Qué significa Santiago 3:15?
En el versículo anterior, Santiago dijo que aquellos de nosotros que estemos consumidos por la envidia y la ambición egoísta no deberíamos considerarnos sabios. El mundo suele definir el éxito en base a si conseguimos o no lo que deseamos en esta vida. Para hacer eso, tenemos que mirar a nuestro alrededor y elegir lo que queremos tener mientras que nos comparamos con los demás, lo cual puede provocar envidia y amargura en nuestro interior. Entonces, de acuerdo con el mundo, debemos hacer lo que sea necesario para conseguir lo que queremos, lo cual a su vez requiere ambición y muchas veces egoísmo.Dicho así suena bastante mal. La cuestión no es que todas las personas que intentan mejorar o tener éxito sean malvadas. El problema está en la manera en que el mundo define la sabiduría y el éxito. Este tipo de actitudes sesgadas y antibíblicas nos suenan normales y, como resultado, normalmente acabamos admirando a quienes han seguido ese camino y han acumulado una gran riqueza, muchos placeres y un estatus alto dentro de la sociedad.
Santiago quiere despertarnos de ese sueño inmediatamente. Esa manera de ver el mundo no es sabia, ni viene de Dios. De hecho, lo que nos parece normal es en realidad "terrenal, estrictamente humano, y diabólico". En otras palabras, esta "sabiduría" no puede ayudarnos más allá de los límites de vida física en este lado de la eternidad, y su origen está en el Diablo.
Esta sabiduría falsa promete satisfacer todos los deseos de nuestros corazones. Sin embargo, en el siguiente versículo, Santiago nos dirá lo que ocurre cuando vemos el mundo de esta manera.