¿Qué significa Santiago 3:16?
De acuerdo con el mundo, el éxito se mide en base a si una persona ha conseguido o no todo lo que quiere en esta vida. De acuerdo con esta actitud, cada persona debería mirar a su alrededor y decidir qué le hará feliz (placer, dinero, poder) y luego elaborar un plan para conseguirlo a toda costa. Por tanto, todo lo que sea necesario para obtener ese resultado vale la pena intentarlo según la sabiduría del mundo. El problema es que este tipo de sabiduría provoca envidia, ambición y egoísmo en el ser humano. Durante los versículos anteriores, Santiago nos dejó claro que esa supuesta sabiduría en realidad no es la sabiduría de Dios.La cosmovisión del mundo, esta falsa sabiduría, promete satisfacer todos los deseos de nuestros corazones. Sin embargo, lo que hace es llenar nuestros corazones de envidia, ya que nunca llegamos a estar realmente satisfechos porque aprendemos a codiciar constantemente lo que otros tienen. Además, esta manera de ver la vida llena nuestros corazones de una ambición egoísta que nos lleva a hacer todo lo que sea necesario para conseguir lo que queremos. Santiago dice que cuando la gente se vuelve muy individualista se genera mucha confusión en el mundo. Miles de millones de personas comienzan a competir entre sí creando un caos que a todos nos parece normal por muy agotador que en realidad nos parezca.
La sabiduría del mundo también da pie a muchos tipos de males. ¿Por qué? Porque nuestra ambición al final requerirá que le hagamos daño a alguien para conseguir lo que queremos, y también nos anima a poner excusas para nuestro egoísmo. Además, nos volvemos ciegos y testarudos cuando alguien decide corregirnos. Nuestros estándares sobre lo que es y no es aceptable al final siempre se acaban viendo comprometidos debido a que no hay otra manera de seguir avanzando y ascendiendo en el mundo según este sistema de pensamiento.
Cuando todo el mundo vive de acuerdo con esta sabiduría del mundo, el dolor y la destrucción se convierten en la norma. El sacrificio personal por el bien de los demás se convierte en una excepción rarísima. Por ejemplo, consideremos la manera clásica en la que se resume la evolución a través de la selección natural: "la naturaleza con las garras y con los dientes ensangrentados". Si los logros personales se acaban convirtiendo en el objetivo más importante, eso puede dar a pie a que todo tipo de inmoralidades puedan llegar a convertirse en una opción legítima.
Tal y como lo explicará Santiago en los siguientes dos versículos, las personas que siguen la sabiduría de Dios, la cual se basa en la humildad, experimentan una realidad totalmente diferente.