¿Qué significa Santiago 3:5?

Santiago continúa poniendo ejemplos que comparan la lengua (las palabras que decimos) con otras cosas que son relativamente pequeñas pero que al mismo tiempo poseen un gran poder. Primero, Santiago dijo que a los caballos podemos controlarlos con un pequeño freno en la boca. Luego habló del timón de un barco, el cual es relativamente pequeño y que puede hacer girar un gran barco hacia donde el capitán quiera ir.

La lengua es similar, dice Santiago: es un órgano muy pequeño del cuerpo que se jacta de haber hecho grandes cosas. En este caso particular, Santiago no se refiere específicamente a la forma en que podemos usar nuestras palabras para alardear, sino que quiere decir que nuestras lenguas tienen la capacidad de provocar cosas increíbles en el mundo que nos rodea. Los seres humanos podemos controlar a un caballo con el freno, y dirigir un barco con el timón. Por tanto, las personas que aprenden a controlar su lengua adquieren un dominio propio total sobre todo su cuerpo.

El hecho de que la lengua sea tan poderosa no significa que todo lo que se haga con ella sea algo positivo. Para aclarar este punto, Santiago nos pone un ejemplo bastante dramático. Una pequeña chispa puede incendiar un bosque entero. En esta analogía, la chispa no es algo que se utilice para ejercer control sobre algo, sino que, más bien, es algo pequeño que tiene un gran impacto sobre todo lo que la rodea, y puede provocar un gran caos y destrucción. Ta y como ocurre con la lengua, una chispa puede presumir de poder hacer grandes cosas. Sin embargo, en el caso de la chispa y el bosque, esas "grandes cosas" pueden llegar a ser horribles si no las controlamos.