¿Qué significa Colosenses capitulo 3?
Con frecuencia, Pablo primero establece conceptos espirituales en forma de ideas y luego se centra en ponerlos en práctica y, en Colosenses, hace lo mismo. Durante los capítulos 1 y 2, Pablo prepara el terreno mostrándonos la manera en que las enseñanzas de Cristo son superiores a todo el conocimiento y la supuesta sabiduría que surge del mundo. Una vez Pablo establece todo esto, en el capítulo 3, Pablo pasa hablar de algunos de los asuntos más prácticos de la Iglesia.En primer lugar, Pablo comienza abordar temas relacionados con la conducta cristiana (Colosenses 3:1–17). Primero se centra en la nueva vida que los creyentes tienen en Jesús (Colosenses 3:1–4), lo cual implica el hecho de que los cristianos deben prestarles atención a todas las ideas espirituales que se basan en la bondad y la gracia de Dios, en lugar de prestarle atención a las ideas que proceden del pecado y del mundo. Pablo no se anda con rodeos al hablar sobre la forma en que los creyentes deben eliminar ciertos pecados de sus vidas: deben "hacer morir", espiritualmente hablando, todos los deseos terrenales y pecaminosos de sus vidas (Colosenses 3:5–11). Pablo nos ofrece ejemplos concretos de pecados que los cristianos deben evitar, tales como la inmoralidad sexual y la calumnia.
En lugar de vivir sumidos en el pecado, los cristianos deben revestirse del "nuevo yo" (Colosenses 3:12–17), y hacer todo para la gloria de Dios (Colosenses 3:17). Pablo recomienda seguir una serie de comportamientos positivos que todos los cristianos deben poner en práctica: la paciencia, la humildad y, sobre todo, el amor. El amor cristiano es lo que permite que personas que son imperfectas y muy diferentes entre sí permanezcan unidas en un solo cuerpo espiritual. Pablo vuelve a hablar de esto más tarde cuando dice que Dios es el juez imparcial de todos los hombres, ya sean esclavos o libres.
En la última parte de este pasaje, Pablo habla sobre los hogares cristianos, incluidos los "siervos" o esclavos (Colosenses 3:18–4:1). Primero comienza dirigiéndose a las esposas (Colosenses 3:18) y después los esposos (Colosenses 3:19). A continuación, Pablo habla de los hijos y los padres (Col 3:20–21). Durante este análisis de los hogares cristianos, Pablo también les ofrece una serie de directrices a los siervos (Colosenses 3:22–4:1), quienes debían obedecer a sus amos (Colosenses 3:22), y trabajar como si lo estuvieran haciendo para el Señor (Colosenses 3:23).
El versículo 1 del capítulo 4 es en realidad el final de este pasaje, donde Pablo les advierte específicamente a los amos que les presten atención a todas las instrucciones que compartió con ellos durante el capítulo 3. Pablo dice que Dios es el Amo de toda la humanidad, que Dios vive en el cielo, y que Él espera que las personas que lo sirven en su papel de amos en la Tierra sean justos con los demás tal y como Dios es justo con ellos.