¿Qué significa Colosenses 3:7?

Pablo trata de animar a los creyentes colosenses durante esta carta. Sin embargo, todas y todos ellos vivieron siendo esclavos del pecado en el pasado. Pablo sabía que estos creyentes fueron una vez sexualmente inmorales, impuros y adoradores de ídolos (Colosenses 3:5) antes de que pusieran su fe en Jesús. Ahora, Pablo puede decir que una vez ellos “practicaron estas cosas", lo cual Pablo describe como una cosa del pasado.

Pablo implica dos grandes bendiciones que forman parte de la salvación. En primer lugar, las personas que confían en Cristo se liberan de la pena y el castigo eternos de sus pecados (Colosenses 3:6). Al mismo tiempo, los cristianos son liberados de la esclavitud de esos pecados. A través del poder de Cristo, ya no tenemos que estar encadenados a este tipo de vida nunca más.

Note, sin embargo, que la libertad del poder del pecado no significa que los cristianos nunca más vayan a sentirse tentados, ni tampoco significa que los creyentes son inmunes a caer presos de nuevo en esos pecados. La perfección moral es imposible para los creyentes en Cristo en este lado de la eternidad. Por eso, Pablo les está haciendo una advertencia sobre los peligros del pecado a personas que ya tenían una relación con Jesús y habían alcanzado la salvación. Pablo mismo admite que seguía luchando contra el pecado (Romanos 7).

Esta "lucha", en verdad, es lo que verdaderamente diferencia a un creyente y a un no creyente. Todas las personas son capaces de pecar, hayan o no hayan alcanzado la salvación. Sin embargo, un verdadero creyente continúa viviendo en pecado. Los creyentes que verdaderamente han alcanzado la salvación no se sienten bien al pecar, y la convicción del Espíritu de Dios obliga a los verdaderos creyentes a luchar contra las acciones pecaminosas, en lugar de volverse apáticos ante las garras del pecado.