¿Qué significa 1 Timoteo 2:4?
Lo que a primera vista parece ser una simple afirmación de Pablo, que Dios quiere que "todos" los hombres sean salvos, todas las personas, al mismo tiempo puede ser algo difícil de entender según las suposiciones de cada uno. La frase griega es pantas anthrōpous, la cual se hace eco del mismo sentimiento universal que Pablo comparte en 1 Timoteo 2:1, donde Pablo anima a Timoteo a orar en nombre de "todos los hombres." De nuevo, en griego, esta expresión abarca toda la humanidad, incluyendo tanto a los hombres como a las mujeres.De Dios emana toda sabiduría, Dios puede elegir soberanamente a ciertas personas para que crean (Romanos 9:18) y también puede permitir que las personas decidan creer en Cristo (Efesios 2:8–9). Jesús vino para proporcionarnos un camino viable para que pudiéramos conocer a Dios (Juan 14:6; Hechos 4:12). Sin embargo, no todo el mundo llegará a creer. El deseo de Dios es que todas las personas lleguen a creer en Él, según este versículo y otros (2 Pedro 3:9). Básicamente, la Biblia nos presenta varias razones para creer que Dios elige a las personas que se salvan, y que Él nos ofrece esa opción para alcanzar la salvación, y que no todas las personas se acaban salvando.
Tomado en un sentido superficial, todo esto puede parecernos algo contradictorio. Sin embargo, estos tres conceptos aparecen de forma clara en las Escrituras. La conversación que trata sobre la manera en que estas ideas se relacionan entre sí va más allá del alcance de este breve comentario. Hay muchas ideas que compiten entre sí y que tratan de armonizar los conceptos del libre albedrío y la soberanía de Dios. Al final, todo lo que podemos o necesitamos saber es que todos tenemos la necesidad de tener una relación con Cristo. La palabra "salvo" que se utiliza aquí es sōthēnai, la cual implica la idea de un rescate o algo que se ha restaurado.
Más allá de simplemente alcanzar la salvación, Dios también quiere que la gente llegue a "conocer la verdad", lo cual incluye la idea de entender lo que es correcto acerca de Dios, o la sana doctrina de la que Pablo habla a menudo a lo largo de esta carta. Pablo utiliza esta misma frase en 2 Timoteo 2:25; 3:7, Tito 1:1, y el autor de Hebreos también la usa en Hebreos 10:26.