¿Qué significa 1 Timoteo 2:2?

Durante el versículo anterior, Pablo animó a Timoteo a orar por "todas" las personas. Aquí, Pablo especifica que los gobernantes humanos y las personas que desempeñan puestos de autoridad gubernamentales también necesitan nuestras oraciones. Pablo habla en otras ocasiones de la importancia que tiene el hecho de someternos a las autoridades gubernamentales (Romanos 13), incluso aunque él mismo hubiera estado en la cárcel en varias ocasiones debido a la predicación del evangelio. En este versículo, Pablo dice que debemos orar por los reyes. Es probable que los cristianos de Éfeso pensaran de los políticos lo mismo que nosotros pensamos de ellos en la actualidad. La tendencia natural es quejarse de los gobernantes y verlos como si fueran nuestros enemigos, en lugar de orar por ellos y tratar de ayudarles a que pongan su fe en Cristo. Pablo trató de corregir esta manera de pensar y por eso le pide a Timoteo aquí que orara por los líderes gobernantes.

Unos de los resultados más prácticos que surgen como consecuencia de orar por los gobernantes es que acabamos teniendo más esperanza de vivir en paz sin sufrir persecuciones. Los cristianos deben buscar vivir una vida pacífica y tranquila, en lugar de acosar constantemente a los líderes gobernantes. La oración nos ofrece un medio perfecto para conseguirlo. Además, al vivir una vida pacífica (Gálatas 5:22–23) los creyentes pueden vivir en toda piedad y honestidad. Esta manera de vivir, al contrario de los falsos maestros que Pablo menciona a lo largo de 1 Timoteo, nos revela una de las diferencias clave que existen entre los auténticos seguidores de Cristo y el resto de las personas. Cuando oramos por "todos los hombres", y vivimos de una forma vida piadosa, digna y honorable, agradamos Dios y al resto del mundo (1 Timoteo 2:3).