¿Qué significa 1 Timoteo 2:12?
En el versículo 11, Pablo parece decir algo bastante controvertido. Sin embargo, cuando se analiza en su propio contexto, lo que Pablo estaba diciendo era simplemente que las mujeres no deben llamar la atención ni hacer ruido durante las reuniones de la iglesia. Así como la ropa debe reflejar que una persona sabe controlarse y es razonable, el comportamiento en un servicio religioso debe reflejar que la paz reina en nuestros corazones.Entonces, ¿cómo deberíamos entender esta frase sobre las mujeres y la enseñanza? En la iglesia local, Pablo dijo que los hombres podían ser ancianos (1 Timoteo 3:1–7) y diáconos (1 Timoteo 3:8–13). Lo que dice el Nuevo Testamento no es que las mujeres adultas nunca puedan enseñarles a los hombres adultos, ya que Priscila y su esposo Aquila hicieron exactamente eso con Apolos en Hechos 18:26. Febe también desempeñó algún tipo de función de liderazgo en la iglesia, probablemente era una diácono (Romanos 16:1). Sin embargo, el Nuevo Testamento siempre afirma que los hombres son los principales líderes de la iglesia local cuando desempeñan el papel de ancianos.
La clave aquí no es el término didaskein, el cual se refiere a la enseñanza, sino la palabra griega que se traduce con la expresión "ejercer dominio": authentein. Esta palabra significa "asumir una postura de autoridad independiente, dar órdenes o dictar". En resumen, las mujeres no deben desempeñar el papel de los ancianos ni intentar liderar en la forma específica en que se espera que lo hagan los ancianos. Aunque las mujeres podían y pueden orar durante las reuniones de la iglesia, los hombres son los que deben asumir el liderazgo dentro de esta área específica.
La expresión "guardar silencio" se refiere más al hecho de autocontrolarse que al silencio literal. Las mujeres no debían dominar los servicios de adoración, ni tomar el control de las oraciones o la enseñanza públicas, y especialmente evitar todo tipo de histerias y conmociones. Los ancianos eran los que debían supervisar la enseñanza y la oración en la iglesia. 1 Corintios 14:33–35 dice que esta práctica no se limitaba a Éfeso, sino que era algo común que se practicaba en todas las iglesias primitivas.