¿Qué significa Mateo 28:11?
Mateo nos ha descrito la manera en que las mujeres que vinieron a cuidar el cadáver de Jesús fueron enviadas para comunicarles a los discípulos el mensaje de que Jesús estaba vivo (Mateo 28:1–10). Sin embargo, otro grupo de personas diferente también salió de allí para comunicarle un mensaje similar a unas personas que no recibirían ese mensaje con tantas ganas.Los soldados romanos que habían estado custodiando la tumba (Mateo 27:62–66) se despertaron después de haber estado inconscientes por el miedo. Algunos de ellos se fueron a Jerusalén, al templo, para contarle a los principales sacerdotes lo que habían visto suceder en la tumba. Es poco probable que estos soldados vieran a Jesús con vida. Sin embargo, seguramente experimentaron el terremoto y vieron a un ángel del cielo quitar la gran piedra que cubría la tumba de Jesús. Sabían que el cuerpo ya no estaba allí, incluso aunque no supieran con certeza que Jesús había resucitado de entre los muertos.
Los soldados debían haber estado muy preocupados por todo lo que había ocurrido. Después de todo, no habían cumplido con la misión de proteger el cuerpo para que nadie pudiera robarlo. La historia de lo que había pasado seguramente les resultaría muy extraña a los principales sacerdotes. Afortunadamente para ellos, los líderes religiosos judíos decidieron utilizar a esos mismos soldados para cumplir con sus propios planes.
Mateo 28:11–15 nos describe un complot que los líderes religiosos judíos idearon para poder distribuir una historia falsa sobre lo que había ocurrido con Jesús. Los soldados romanos les informaron a los líderes religiosos sobre lo que realmente había sucedido en la tumba. Los principales sacerdotes y los ancianos acordaron sobornar a los soldados para que mintieran y dijeran que se habían quedado durmiendo hasta el punto en el que los seguidores de Jesús pudieron robar el cuerpo sin que ellos se percataran de ello en absoluto. Los líderes religiosos prometieron proteger a los soldados de Pilato si se enterara de que se habían quedado durmiendo mientras estaban de guardia en el caso de que quisiera castigarlos. La mentira comenzó a extenderse entre la población judía, a pesar de que la idea era bastante ridícula (Mateo 27:66).
Un ángel del Señor descendió del cielo e hizo rodar la piedra de la tumba de Jesús. Los guardias se desmayaron. El ángel se sentó encima de la piedra y se quedó esperando. Entonces, llegaron dos mujeres seguidoras de Jesús y el ángel les dijo que Jesús había resucitado de entre los muertos. Entonces Jesús se encontró con ellas y les dijo que le dieran la noticia a sus hermanos. Los principales sacerdotes sobornaron a los guardias para que dijeran que los seguidores de Jesús habían robado Su cuerpo. Jesús se encontró con los discípulos en una montaña de Galilea y les encargó que hicieran discípulos de personas de todas las naciones, bautizándolos y enseñándoles a obedecer los mandamientos de Jesús. Jesús prometió estar con ellos para siempre.