¿Qué significa Mateo 16:1?
Jesús y Sus discípulos han regresado al lado oeste del Mar de Galilea después de pasar algún tiempo en la región de los gentiles (Mateo 15:21). A continuación, Mateo registra que un grupo de líderes religiosos judíos, tanto fariseos como saduceos, se acercó a Jesús, lo cual es algo interesante ya que estas dos sectas no se llevaban bien. A menudo se oponían abiertamente entre sí. Los fariseos eran los maestros de Israel y tenían la conexión más cercana con el pueblo. Los saduceos tenían poder político y estaban principalmente en Jerusalén y sus alrededores. El hecho de que se acercaran a Jesús juntos demuestra que se habían unido para oponerse a Jesús, quien estaba amenazando tanto a su poder como a su status quo en Israel.Basándonos en otros incidentes similares, está claro que estos hombres no se acercaron a Jesús para pedirle sinceramente evidencia de que era el Mesías (Mateo 12:1–2; 9–10, 24). Más bien, fueron a encontrarse con Jesús con la esperanza de sorprenderlo haciendo algo por lo que pudieran desacreditarlo y poner fin a Su ministerio público. Estos hombres estaban al tanto de los muchos actos milagrosos que Jesús había realizado (Mateo 12:13–14, 22) curando enfermedades y expulsando demonios. Por lo tanto, el hecho de que ignoraron todas esas pruebas y le pidieron que hiciera más aún era una señal de su deshonestidad.
La misión de Jesús no incluía el hecho de tener que convencer a ningún escéptico obstinado.
Mateo 16:1–4 describe la confrontación que Jesús tuvo con un grupo de fariseos y saduceos que le pidieron que les mostrara una señal del cielo: un milagro. Jesús les dice que ellos pueden leer las señales del clima, pero obstinadamente se niegan a reconocer las señales que él ya había hecho. El hecho de que pidieron una señal después de que Jesús ya hubiera mostrado tantas nos deja claro que los líderes religiosos estaban perdidos espiritualmente. La única señal que Jesús les ofrecerá es la señal de Jonás, la cual hacía referencia a Su muerte inminente y a Su resurrección tres días después.
Un grupo de fariseos y saduceos le pidieron a Jesús que hiciera un milagro, incluso aunque Jesús ya hubiera hecho muchos. Jesús se niega y les advierte a los discípulos que tengan cuidado con las enseñanzas de estos líderes religiosos. Jesús les pregunta a los discípulos quién dice la gente que era él, y también les pide que compartan su propia opinión. Pedro dice que Jesús es el Cristo, y Jesús lo elogia por haber dicho esto. Entonces, Jesús comienza a revelarles a los discípulos que él deberá sufrir y morir antes de resucitar al tercer día. El intento que Pedro hace para convencer a Jesús de que no lo hiciera acaba mal, Jesús lo reprende y entonces dice que todos los que lo sigan deben tomar sus cruces, sacrificar sus vidas anteriores y dedicarse por completo a Su misión.