¿Qué significa Efesios 4:28?
Nuestras acciones en Cristo pueden ayudarnos a alejar al diablo de nuestras vidas. En una gran ciudad como Éfeso, seguramente había muchas personas que se dedicaban a robar casi todos los días. Las personas que no podían mantenerse con un oficio seguramente sobrevivían de lo que robaban, y es probable que esto incluyera a algunos de los efesios a los que Pablo les estaba escribiendo esta carta, quienes hacían ese tipo cosas antes de llegar a la fe en Cristo. Seguramente, las palabras de Pablo resonaron en el corazón de algunos de los efesios de una manera muy personal: "el que antes robaba, que no vuelva a robar". El primer paso era dejar de hacer lo que estaba mal, incluso si eso significaba cambiar totalmente su estilo de vida.Entonces, Pablo nos ofrece dos soluciones positivas para contrarrestar lo que acaba de decir. Primero, les dice a los ladrones: trabajen y gánense lo que tienen en lugar de robarlo. En segundo lugar, Pablo dice que robar algo implica mucho más que el "simple" hecho de llevarse objetos físicos de los demás. No hay ninguna situación o contexto en la que robarle algo a alguien se pudiera considerar como algo bueno. Por tanto, las personas que eran ladrones en el pasado ya no debían mentir ni manipular más a los demás, sino trabajar personalmente para proveer para sus propias necesidades.
Como siempre, Pablo contextualiza la conducta cristiana centrándose en lo que nos permite hacer por los demás. En este caso, el hecho de llevar una vida honesta le permite al creyente compartir lo que tiene con las personas que no pueden mantenerse a sí mismos. El Señor se alegra mucho cuando una persona que antes se aprovechaba de los demás aprende a ayudar a los que no tienen nada.
En Efesios 4:17–32, Pablo nos ofrece una explicación valiosa y muy práctica sobre cómo vivir una vida cristiana. Pablo dice que hay una gran diferencia entre vivir bajo la esclavitud del pecado y una vida que prospera en el poder de Cristo. Los cristianos deben "despojarse" de las cosas que dificultan la vida de los incrédulos: la malicia, la calumnia, el descontrol y la amargura. En lugar de eso, debemos demostrar una actitud de amor y perdón semejante a la que mostró Cristo.
Comprender verdaderamente la gracia salvadora de Dios, tal y como Pablo la explicó durante los capítulos anteriores, es algo que debe motivar a los cristianos a vivir una vida piadosa. En este capítulo, Pablo anima a los creyentes a vivir de tal manera que honren ese don. Todos los cristianos forman parte de una única familia unificada, forman parte del "cuerpo" de Cristo. Al mismo tiempo, los creyentes reciben diferentes talentos. Dios llama a algunas personas a desempeñar cargos de liderazgo y autoridad. Todos los cristianos debemos alejarnos del ''viejo yo'' que éramos antes de alcanzar la salvación. Mientras Pablo habla sobre el "nuevo yo", comparte algunas ideas prácticas para ayudarnos a entenderlo.