¿Qué significa Efesios 4:15?
Otro signo de madurez en un cristiano es la capacidad de compartir la verdad con amor. Curiosamente, la capacidad de promover las cosas que son verdad con la actitud correcta se contrasta directamente con el hecho de ser inmaduro y la facilidad con la que nos pueden engañar. Los creyentes que son inmaduros pueden caer presa del peligro de compartir la verdad sin amor, o de hablar con amor olvidándose de la verdad. El primer problema promueve el legalismo; el segundo, la depravación. Sin embargo, Dios quiere que crezcamos en madurez, una progresión que implica tanto acción como conocimiento (Efesios 4:11–12).Compartir la verdad con amor es importante en los momentos en que los cristianos se comunican tanto con otros creyentes como con personas que no creen. Los creyentes deben vivir en armonía los unos con los otros como si fueran una sola familia. Pedro dice esto acerca de los incrédulos: "honren en su corazón a Cristo, como Señor, y manténganse siempre listos para defenderse, con mansedumbre y respeto, ante aquellos que les pidan explicarles la esperanza que hay en ustedes" (1 Pedro 3:15). De hecho, no hay ninguna razón por la que un cristiano tenga que ser arrogante a la hora de compartir su fe con los demás. En cambio, debemos compartir la verdad con amor, dejando que el Espíritu de Dios obre con valentía en nosotros y a través de nosotros para ayudar al mundo a llegar a la fe en Cristo.
En Efesios 4:11–16, Pablo analiza la importancia que tienen los dones que reciben los líderes espirituales, y también habla sobre la importancia de que el cristianismo sea maduro, amoroso y esté unificado. Algunas personas reciben dones de enseñanza, predicación, etc. Es crucial para la salud de las congregaciones cristianas que estos miembros utilicen apropiadamente los talentos que Dios les ha dado. Al mismo tiempo, no todos los miembros de una misma iglesia reciben los mismos dones. La comunidad de creyentes funciona mejor cuando todas esas piezas individuales funcionan juntas mientras usan los talentos únicos que Dios les ha dado. Cuando una iglesia funciona bien, puede ser mucho más eficaz que la iglesia "más grande".
Comprender verdaderamente la gracia salvadora de Dios, tal y como Pablo la explicó durante los capítulos anteriores, es algo que debe motivar a los cristianos a vivir una vida piadosa. En este capítulo, Pablo anima a los creyentes a vivir de tal manera que honren ese don. Todos los cristianos forman parte de una única familia unificada, forman parte del "cuerpo" de Cristo. Al mismo tiempo, los creyentes reciben diferentes talentos. Dios llama a algunas personas a desempeñar cargos de liderazgo y autoridad. Todos los cristianos debemos alejarnos del ''viejo yo'' que éramos antes de alcanzar la salvación. Mientras Pablo habla sobre el "nuevo yo", comparte algunas ideas prácticas para ayudarnos a entenderlo.
