¿Qué significa Efesios 4:14?
Cuando un creyente es maduro no se deja engañar por ningún tipo de enseñanza falsa. Las personas que "ya no son niños" pueden resistirse mucho mejor antes las mentiras y los engaños del mundo. La analogía que Pablo hace sobre el viento suena similar a lo que dice Santiago en Santiago 1:6: que oremos con fe y sin dudar. Judas 1:13 también usa la expresión "las olas indómitas del mar" para hablar sobre este mismo tema. El objetivo es evitar que no seamos arrastrados "para todos lados por todo viento de doctrina". Las falsas enseñanzas cambian regularmente. Las personas que son inmaduras se dejan llevar fácilmente y llegan a creer que esas enseñanzas falsas son en realidad ciertas.Esto puede ocurrir de dos maneras. Primero, los creyentes pueden ser engañados por la "astucia", lo cual se refiere al poder de la persuasión humana. Cuando una persona sabe hablar, también tiene la capacidad de convencer a los demás. En segundo lugar, una persona puede dejarse llevar por "artimañas engañosas": planes malvados que a primera vista pueden parecernos buenos pero que en realidad están promoviendo algo falso. En Efesios 6:11, Pablo dice: "revístanse de toda la armadura de Dios, para que puedan hacer frente a las asechanzas del diablo".
En Efesios 4:11–16, Pablo analiza la importancia que tienen los dones que reciben los líderes espirituales, y también habla sobre la importancia de que el cristianismo sea maduro, amoroso y esté unificado. Algunas personas reciben dones de enseñanza, predicación, etc. Es crucial para la salud de las congregaciones cristianas que estos miembros utilicen apropiadamente los talentos que Dios les ha dado. Al mismo tiempo, no todos los miembros de una misma iglesia reciben los mismos dones. La comunidad de creyentes funciona mejor cuando todas esas piezas individuales funcionan juntas mientras usan los talentos únicos que Dios les ha dado. Cuando una iglesia funciona bien, puede ser mucho más eficaz que la iglesia "más grande".
Comprender verdaderamente la gracia salvadora de Dios, tal y como Pablo la explicó durante los capítulos anteriores, es algo que debe motivar a los cristianos a vivir una vida piadosa. En este capítulo, Pablo anima a los creyentes a vivir de tal manera que honren ese don. Todos los cristianos forman parte de una única familia unificada, forman parte del "cuerpo" de Cristo. Al mismo tiempo, los creyentes reciben diferentes talentos. Dios llama a algunas personas a desempeñar cargos de liderazgo y autoridad. Todos los cristianos debemos alejarnos del ''viejo yo'' que éramos antes de alcanzar la salvación. Mientras Pablo habla sobre el "nuevo yo", comparte algunas ideas prácticas para ayudarnos a entenderlo.
