¿Qué significa Colosenses 2:14?
En este versículo, Pablo continúa el pensamiento que ya inició en el versículo 13, donde nos explica la manera en que Dios había perdonado a los creyentes colosenses. Aunque los colosenses estaban muertos en sus pecados y no se habían circuncidado, ahora estaban vivos y "espiritualmente circuncidados" en Cristo. En este versículo, Pablo hace hincapié en varios aspectos del perdón que recibimos por parte de Jesús.Primero, Jesús canceló el registro de nuestra deuda, de la misma manera que un perdón legal cancela la pena de un crimen específico. En la época en que Pablo escribió esto, se podía arrestar o esclavizar a una persona hasta que pagara sus deudas financieras, y también podía ser esclavizada como castigo por haber cometido un delito. Por eso, los lectores de Pablo habrían entendido este versículo sin problema, y sería como si a una persona se le perdonara una deuda financiera junto con todas sus consecuencias legales. Por tanto, los creyentes ya no viven bajo ninguna amenaza de castigo o bajo la esclavitud del pecado.
Segundo, Jesús "quitó de en medio" nuestros pecados una vez pusimos nuestra fe en Él. Esta es una acción diferente de la metáfora que Pablo hizo usando términos legales o financieros. De hecho "perdonar" a alguien no significa necesariamente que esa misma persona sea "bienvenida". Sin embargo, de acuerdo con Pablo, Dios quita de en medio el pecado de las personas que ponen su fe en Cristo. Todos los pecados de un creyente que haya alcanzado la salvación ya no son una barrera entre ellos y Dios. El perdón de Dios no solo nos libera del castigo eterno del pecado, sino que también nos permite tener una relación viva con Dios justo desde el momento en que Dios nos perdona.
En tercer lugar, la muerte de Jesús en la cruz cubre de sobra todos los pecados de las personas que creen en Cristo. Pablo utiliza aquí una metáfora gráfica, la del propio pecado siendo crucificado. En aquella época, la crucifixión no era simplemente una forma brutal de ejecución, sino que también era un signo de rechazo absoluto. De hecho, había muchas otras formas de ejecutar a la gente en aquella época, pero la crucifixión conllevaba un elevado sentido de vergüenza y repudio. Por lo tanto, cuando Dios crucificó el pecado, no solo acabó con él, sino que también lo ignora en las personas que ponen su fe en Cristo.
En el versículo 15, Pablo enfatiza esto mucho más diciendo que la victoria de Cristo sobre el pecado "exhibió públicamente" a los poderes espirituales que se nos oponen.