¿Qué significa Marcos 3:33?
Conocemos a la madre de Jesús: María. Sus hermanos son Santiago, José, Simón y Judás, no el traidor; Judas era un nombre muy común en esa cultura (Mateo 13:55). María, Santiago y Judas, al menos, se convertirán en devotos seguidores de Cristo. Pero en este momento, solo les importa mitigar el daño que Jesús está causando a través de Su controvertido ministerio público.Jesús tiene claro que seguirlo causará serias divisiones dentro de las familias. En Marcos 13:12–13 dice: "el hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al hijo; y los hijos se rebelarán contra los padres, y los matarán. Por causa de mi nombre todo el mundo los odiará a ustedes, pero el que resista hasta el fin, se salvará". En Mateo 10:35–36 Jesús dice:" 'he venido para poner al hijo contra su padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra. Los enemigos del hombre serán los de su casa".
Jesús añade: "El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí. El que ama a su hijo o hija más que a mí, no es digno de mí" (Mateo 10:37). La idea de Jesús es desafiante, pero crucial. Muchos cristianos deben elegir entre seguir a Jesús y mantener la paz en su familia. Jesús entiende lo que se siente al estar en una situación así (Hebreos 4:15). Jesús nos enseña cómo debemos honrar a nuestros padres (Mateo 19:19; Marcos 7:9–13). Sin embargo, incluso él tiene que elegir entre tomar el camino que Dios le ha puesto delante o hacer lo que Su familia quiere que haga.
Necesitamos tomar el ejemplo de Jesús y mantener nuestros ojos constantemente en él, incluso si eso significa abandonar a nuestra familia. Jesús nos promete que, si lo hacemos, reemplazará lo que hemos perdido (Marcos 3:34–35; 10:29–30).
Marcos 3:31–35 es el relato final de esta sección que trata sobre las reacciones que las personas tienen hacia el ministerio de Jesús. Aquí, Jesús redefine el concepto de ''familia''. Su madre y sus hermanos, pensando que está loco, han venido para llevárselo de regreso a Nazaret (Marcos 3:21). En contraste, un gran grupo de personas se han reunido en una casa, probablemente la de Pedro y Andrés, y están escuchando atentamente las enseñanzas de Jesús. Jesús declara que es esta audiencia, aquellos que hacen la voluntad de Dios, quienes son Su familia, no las personas relacionadas por la sangre. Este relato también se encuentra en Mateo 12:46–50 y Lucas 8:19–21.
La mayor parte del capítulo 3 trata de cómo diferentes personas reaccionan a las enseñanzas de Jesús y el reconocimiento de Su propia autoridad. La confusión de los fariseos se transforma en una conspiración. Las multitudes que siguen continuamente a Jesús para sanarse, se vuelven más frenéticas y peligrosas. La propia familia de Jesús, temerosa de Su cordura, trata de alejarlo de todo, pero también se muestran a Sus verdaderos seguidores. Doce personas se unen para convertirse en Su grupo central, mientras que una multitud un poco más grande, más interesada en la enseñanza de Jesús que en los milagros, se gana el honor de ser considerada como Su verdadera familia.