¿Qué significa Filipenses 1:14?
Los incrédulos de Roma habían oído hablar del mensaje de Pablo (Filipenses 1:13). De hecho, habían llegado a comprender claramente que el encarcelamiento de Pablo había ocurrido únicamente por causa del evangelio. Evidentemente, Pablo no era un matón ni un criminal, y su encarcelamiento no solo le había dado a Pablo la oportunidad de dar testimonio de Cristo ante los incrédulos, sino que muchos otros cristianos crecieron en confianza al ver la manera en que Pablo estaba respondiendo ante sus circunstancias. De hecho, el encarcelamiento de Pablo motivó a los cristianos a compartir el evangelio con más valentía. Aunque metieron a Pablo en la cárcel por su fe, eso no impidió que muchos otros cristianos se volvieran más valientes a la hora de predicar el evangelio.Desde los primeros días del cristianismo, siempre ha habido personas que han tenido problemas por el miedo que les causa la idea de tener que compartir su fe. Todos los creyentes han recibido la misión de hacer discípulos (Mateo 28:18–20). Dependiendo de la situación, hay personas que tienen más o menos valentía para hablar del evangelio. Sin embargo, siempre hay quienes tienen miedo por diversas razones. Todos debemos esforzarnos con el objetivo de compartir mejor nuestra fe, y debemos reconocer que algunos serán más valientes o estarán más dotados para la evangelización que otros.
Filipenses 1:12–18 nos explica la perspectiva que Pablo tenía sobre su propio encarcelamiento. En concreto, Pablo veía las penurias de su vida como algo bueno, por una sencilla razón: su sufrimiento había ayudado a que el Evangelio se difundiera por todo el mundo. Al estar en prisión, Pablo pudo predicarles a sus carceleros. De hecho, muchos intentaron usar el mensaje de Pablo para hacerle daño, pero esto también causó que aún más gente escuchara el evangelio. Este pasaje sirve como preámbulo para el próximo argumento de Pablo, en el que dice que, ya sea en vida o en muerte, su intención siempre fue glorificar a Dios.
En el capítulo 1, Pablo les da las gracias a los creyentes filipenses por haber apoyado su ministerio. Incluso aunque Pablo había sido perseguido y encarcelado, ellos siguieron siendo generosos y leales. Pablo anima a estos cristianos explicándoles que todo su sufrimiento había ocurrido por una buena causa. Mejor aún, incluso las persecuciones que Pablo estaba sufriendo provocaron que el Evangelio se extendiera aún más. Por eso, Pablo estaba agradecido. Pablo deseaba que lo liberaran para volver a ver a los creyentes de Filipos.