¿Qué significa Romanos 5:17?
"Reinó la muerte" (Romanos 5:14). Ese fue el resultado del pecado de Adán. El pecado siempre trae la muerte. La muerte se convirtió en rey y gobernó las vidas de todas las personas que nacieron de Adán.En contraste, escribe ahora Pablo, aquellos que reciben la abundancia de la gracia de Dios y el regalo gratuito de la justicia, reinarán en vida a través de Jesús. En otras palabras, recibir la justificación de Dios al poner nuestra fe en Cristo no solo nos libera del reino de la muerte, sino que nos permite gobernar en el reino de la vida junto a Jesús, y nos convierte en hijos de Dios. Es importante prestar atención al verbo reinar en griego "basileusousin", el cual está en tiempo futuro. Es muy probable que este versículo esté señalando un tiempo en el futuro en el que el reino de Cristo se establecerá completamente en la tierra, aunque nuestro estado como sus coherederos ya está establecido (Romanos 8:17).
Sin embargo, es esencial notar que Pablo añadió un calificativo en este versículo: esta libertad de la muerte y la vida en Cristo está disponible solo a través de Jesús y solo para aquellos que "reciben" la abundancia de la gracia de Dios; no todo el mundo escapa del reino de la muerte, porque no todo el mundo recibe, por fe, el don de la vida de Dios (Juan 1:12).
Romanos 5:12–21 compara la obra de Adán con la obra de Cristo para mostrar cómo el pecado y la muerte llegaron al mundo, y cómo Dios abrió un camino para escapar de ellos. Adán, creado especialmente por Dios, se convirtió en el primer infractor de la ley cuando comió del árbol prohibido. Adán pasó el pecado y la muerte a todos los que vinieron después de él. Jesús, colgado de un madero, una frase que implica la crucifixión, pagó por nuestro pecado, haciendo posible que todos los que crean tengan la posibilidad de reinar con Él en la vida eterna.
Romanos 5 comienza describiendo algunos de los beneficios que se obtienen al ser declarados justos por Dios debido a nuestra fe en Cristo. Tenemos paz con Dios y estamos en Su gracia. Nos regocijamos tanto en la esperanza de la gloria de Dios como en nuestro sufrimiento temporal. Tenemos una esperanza que no nos defraudará, porque Dios ya nos ha demostrado Su amor. Luego, Pablo compara la obra de Adán, quien trajo el pecado y la muerte al mundo, con la obra de Cristo, quien murió por el pecado para ofrecerles el regalo gratuito de la gracia de Dios a todos los que creen.